Siempre mirando más allá.
Morfeo me acompaña en mi novela ¿¿?? y desde ayer en un peluche precioso acomodado en mi escritorio. Algún día lo tendré de verdad, ahora con la gatita no puede ser.
Hay días en los que te levantas con el guapo subido, te miras al espejo mientras piensas que todo será mucho más fácil. Quizás aún estoy bajo el infujo de la luna de anoche.
Inmensamente bella, una enorme luna llena, detrás de alguna nube, me recordó que los sueños no hacen llorar. Me abrazó y me hizo volver a creer en mí.
Los sueños son ilusión, un refugio para evadirte a veces de la realidad; no son migajas, no lo son.
Mientras me abrazaba susurró que ella me enseñará a que no me vuelvan hacer llorar...
Llegará mi momento y dejaré de ser el pobre jarrón precioso, ya queda menos.