Bienvenidos a mi blog

viernes, 24 de enero de 2014

¿Tienes un ratito?

Muy nerviosa, emocionada y contenta os presento el blog de mi nueva novela: Claridad.


Allí explico como funciona todo.

Idea, guión –de arriba a bajo-, construcción y mujer de la limpieza: yo misma.

¡más bonito que un San… san… san… to Tomás!



jueves, 23 de enero de 2014

Mi pequeño Robin Hood

Creo que tengo el complejo de querer salvar al mundo. Compañeros, amigos, familiares. Vamos, que si un día me meto en política a mí me beatifican.

¡Y me llevo de cada palo…!

Digo yo que tiene que haber escuelas de esas donde enseñen a usar unas buenas orejeras para preocuparse solo de uno mismo. Como los burros: tó p’adelante. Muy listos no son, pero son felices. Y ahí es donde entran los chinos (¡Ay mi madre, ya la he liado!)
No piensan; ellos te dicen:
“Es que nosotros trabajamos todos, somos chinos”
¿Alguien ha visto un chino en paro alguna vez?
¿Y que en los chinos se venda un libro?
No
¿Por qué?
Porque no piensan. Como los burros.

Yo de mayor quiero ser china, luego burra, algo rumana y un poquito marroquí.

A veces me quejo de pasar tanto tiempo sola y me da envidia mucha gente, y es el tiempo el que te va descubriendo las mentiras, las apariencias de esa gente. Tan inseguras, tan perfectamente inseguras que pueden asustar. Y me doy cuenta de que me gusta ser de verdad. Espontánea, loca y mete patas. Y me gusta ayudar.
¿Cómo va a ayudar quien más necesita ser ayudada?
Los que se han molestado en conocerme saben que eso no es así.

Llevo días trabajando, como una china de las más inteligentes, en algo realmente precioso y que me llena sobre mi novela Claridad. Casi está acabado. Casi.

jueves, 9 de enero de 2014

Porque yo no soy así…

Cuando después de muchos meses sin prestarte la debida atención que cada uno merece e incluso pagas, cuando te han ignorado como persona… ni te cuento como escritora, y casi me han excluido por mi problema de audición; varios me han dicho que me fuera de ahí.
No podía elegir y sabía que todo se iba acabar, aunque confieso que he estado a punto de tirar la toalla porque de sufridora no tengo nada.
¡La pesadilla se acabó!

Mis ojos ayer demostraron alivio y seguridad por mucho que le jodiera a alguien, los ojos y los hechos no mienten: las palabras sí.
Y yo no he dicho nada a nadie, no es mi estilo. Pero ahora soy incapaz de decir ¡jódete! Ni de dejar a nadie apartado, unas veces adrede y muchas otras sin darte cuenta. Ya lo sé. Pero no hay nada que le haga más daño a un ser humano que se le catalogue como incapaz de aportar nada y no se le tenga en cuenta.
Escribo, te guste o no, a otros sí les gusta y tú lo sabes. Y muy fea no soy por mucha ataxia que tenga.
¡Se acabó...! Pero ahora soy incapaz de decir ¡jódete!

Claro que cuando a una persona le caes mal no hay mucho que hacer.
Dos veces me han acusado en esta vida de insultar –en la otra fui Napoleón y ni se sabe-. La primera vez una mujer de Tenerife, véase El plagio de mi primer libro y que jamás he tenido contacto con ella. Y la segunda mi ex editor aunque no le he tenido que demostrar a nadie que no lo haya hecho. Los ojos y los hechos no mienten: las palabras sí.
No puedo hablar más claramente aquí porque hay cosas que no quiero hacer públicas.

Por cierto, me han dicho que el televisivo Jorge Javier Vázquez anda investigándome. Si es para explotar mi ‘faceta’ de dar pena o afianzarme como un ejemplo, ya puedes mirar hacia otro lado. Porque yo no soy así…
No me interesa.

Por fin respiro serenidad y confianza, auque tengo el músculo de la pierna roto y dos contracturas en el brazo que me mataba de dolor. Pero eso se cura.