
No fue en un instante, ni tan siquiera en un momento concreto, cuando me quise dar cuenta ya estabas allí.
Y revuelvo entre los días pasados ansiando retener tu sonrisa,
y vuelvo hacia atrás sin saber que tu recuerdo está delante.
Una sirena de hielo derretido, un turbio corazón transparente.
Debería haberte matado antes de que me encadenaras para siempre...
Tan inocente como tus ojos, me dijiste. Mis ojos no son inocentes y tú lo sabes
.
bellas, bellas tus letras
ResponderEliminar¡Wow!
ResponderEliminarArrodallora!
Delicioso, realmente bello y muy simbolico...un fuerte abarzo.
ResponderEliminarCuando salpicas pasión de estas formas, no sabes qué decir.
ResponderEliminarCiertas cosas se saben y muy bien, aunque algunas veces parezca que no nos damos cuenta de ellas.
ResponderEliminarEsas cadenas...
Montones de besos, María.
Nada más que decir.
ResponderEliminarTal vez lo mataste, hay muchas formas de morir de amor.
ResponderEliminarSaludos.
Para siempre... si así es para quien se entrega plenamente... la única forma de vivir realmente VIVIR.
ResponderEliminarSiempre llevando al extremo, gracias!
sólo fue un arrebato, mis ganas de volver pero de momento no puede ser.
ResponderEliminarAhora vereís por qué.
besos y abrazos.
Preciosas palabras, esas cosas se acaban sabiendo....
ResponderEliminarbesitos