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miércoles, 10 de julio de 2024

El cuaderno de la alegría II

 Quiero hacerles una confesión: igual que algunas mujeres fingen el orgasmo, yo finjo que me gusta el fútbol... Es que a mis amigos les encanta, así es que cuando estoy con ellos, hago como que disfruto... Aunque, sinceramente, no me entero de nada...

¿Que ellos gritan? Yo grito... ¿Que se excitan? Pues me excito. Y si meten gol, me desmadro... Igual que cuando se finge el orgasmo. Y es que algunos parece que disfrutan más con el fútbol que con el sexo. Tú les oyes y están: "Métela, métela... Así, así, sigue, sigue...,aguantaaa!".

¡Como si fuese un orgasmo! Así es que pensé... "Si esto es mejor que el sexo, yo lo tengo que probar...". Y decidí hacerme futbolero. 


Pero no es tan fácil. Por ejemplo, no hay ningún libro que te enseñe a entender el Marca... A ver, ¿donde pone que Osasuna no es una ciudad...? ¿dónde se explica que un "interior izquierda" y un "exterior derecha" no son pisos... ¿dónde se dice que un extremo derecha no es un facha...? Visto lo visto, llamé a mi amigo Felipe y le dije:

- Felipe, finjo los goles... Quiero sentir lo que tú sientes...

- Lo sentirás -contestó Felipe-. Te voy a llevar a un partido que vas a flipar.

Y me llevó a la final de la Champions League:

Lo primero que me llamó la atención es que si eres futbolero puedes aparcar donde te salga de los cojones:

- Oye, Felipe, que estamos en un paso de cebra, tapando una boca de riego y en la salida de emergencia del campo... ¿si viene la grúa...?.

- ¿La grúa...? -señala-. Ahí la tienes, atravesada tapando la salida de ambulancias del hospital.

tra cosa que puedes hacer si eres futbolero es vestirte de mamarracho... Tú vas al fútbol y a nadie le llama atención que te pongas unos cuernos de vikingo, o que te pintes la cara como Braveheart... Incluso puedes ponerte ropa de invierno en verano. ¿Que no...? Los futboleros son las únicas personas, aparte de Umbral, que van con bufanda todo el año.

Entonces mi amigo me dijo:

- Ahora vamos a ver la llegada de los jugadores, ya verás qué alucine...

Y efectivamente, aluciné. Vamos a ver: sí estos tíos ganan miles de millones... ¿Por qué coño van en autobús...? Joder, yo creo que como mínimo se podrían pillar un taxi, ¿no...? Esto sólo pasa en el fútbol. Dile tú a Julio Iglesias que vaya en autobús, y verás dónde te manda...

Cuando entré al estadio, me sentí como en un karaoke gigantesco, porque allí no paran de cantar. Sus canciones favoritas son dos: una que dice: "Oe... oe, oe, oé... oe, oé". Y luego hay otra que dice: "Eeeooo, eeeooo...". Que yo pensé: "No se puede decir más en menos...". Y de repente empezaron: "Hola fondo Norte... Hola fondo Sur". Y dije: "Ésta me la sé... la gallina turuleta". Y canté:

- Pasó usted ya por casa, / por su casa yo pasé.../ Vio usted a mi abuela. / A su abuela yo la vi.

 


Y se quedaron todos mirándome, y les dije:

- ¡Qué pasa? ¿que os jode que me la sepa?.

Pero lo que más me sorprendió fue cuando cantaron el himno alzando los brazos, yo no sabía que el del Real Madrid es un himno musulmán: "Aláh Madrid, Aláh Madrid... Aláh Madrid, Aláh Madrid, Aláh Madrid...".

En ese momento mi amigo Felipe me dijo:

- Tío, va a empezar el partido ya, te vas a cagar...

Y empezaron todos a tirar rollos de papel higiénico al campo... y me dije: ¡coño!, esto de cagarse va en serio...!.

Y entonces salieron los jugadores, y yo seguía sin entender nada: cuarenta cámaras alrededor del campo, transmisión vía satélite, pantalla gigante y marcador Jumbotrón... Y ¿cómo deciden quién saca...? Tirando un duro al aire! ¡Coño, por lo menos que tiren un euro!.

Cuando miré a mi alrededor me di cuenta de que todo el mundo estaba con los cascos puestos...

-¡Pero, Felipe! Para eso te gastas diez mil pelas, para escuchar la radio.

- La radio es fundamental. Escucha, escucha... -me dijo Felipe, y me puso los cascos:

- Penetración por banda derecha -gritaba el locutor-, se acerca al borde del área, centro a la olla-aaaa... ¡Jamón-nnn Guijuelo... qué jamón-nn! El cuero que se escapa a la izquierda de la defensa, toca Figo, Figo, Figo, Figo, Figo, Figo... ?¡Sí señor... un seño-oo-r Farias! Pi, pi, pi, pi... :Go-oooooooooooooooooooo-l!".

- Pero bueno, Felipe, ¿quién ha marcado, Figo, o Farias?.

- Pero, tío -responde-, ¿cómo va a marcar Farias... si farias es publicidad...?.

Y piensas: "?Joer, ya he metido la pata otra vez.... Ha debido de marcar Guijuelo".

Y a partir del gol se montó una... Ya no me enteré de nada más... Empezaron a mover banderas, a sonar bocinas, que acojonan, ¿eh?... Parece que se te viene un barco encima tocando la sirena...

Y de repente se me abrazó un señor que no conocía de nada, me dio un puro y empezó a gritarme cantando en la oreja:

- Campeones, campeones, oe, oe, oé...

Y ya no me soltó... ¡Pero es que me daba besos y todo...! Y de pronto empezó todo el mundo a gritar:

- ¡A la fuente, a la fuente!.

Y a la que me di cuenta, estaba dentro del agua, de la mano del señor del puro, que parecíamos Los del Río... Los dos intentando subir a un león de La Cibeles... Y cuando estoy arriba veo un montón de tíos a caballo que venían hacia mí... Y me digo: ¡Qué bonito! ¡Qué espectáculo! ,hora entiendo esto del fútbol!". Y yo, para seguir la juerga, como ya me sabía la canción, empecé a levantar los brazos ante los de los caballos mientras cantaba:

- Oe, oé, oé, campeones, campeones, oe, oe, oé.

 El primer porrazo me lo dieron en la boca... Y luego ya dónde pillaron... Sé que me bajé de la fuente y le dije al del puro:

- Oye, tú haz lo que quieras. Yo me voy a mi casa.

- Vale -respondió-, pero mañana paso a las diez a buscarte, que hay que llevarle la copa a la Virgen.

Saben lo que les digo... Que ahora que soy un experto, el fútbol me gusta menos que antes

viernes, 14 de junio de 2024

El cuaderno de la alegría

Dicen que para poder gestionar el estrés y y la ansiedad hay que seguir la pista a las cosas positivas, a la alegría, la risa y el buen rollo.

Lo que está claro es que los buenos ratos hay que buscarlos porque son los malos los que llegan solos


…hablando de burros yo también tuve un burro. Bueno no era mío, pero lo recuerdos si lo son.

 Me acababan de descubrir la ataxia de Friedreich, trece o catorce años - cuando durante quince días del verano empezamos a frecuentar el pueblo de mamá. Un pequeño pueblecito, de calles empedradas y semiderruido por la guerra civil, perdido en la sierra. Aquel pueblo estaba lleno de primos y tíos, y aunque realmente no fueran parientes de sangre había que llamar a todos tíos. El tío Nicasio, el tío Cirilo, el tío Sebastián. Cada tío tenía su encanto y eran un mundo aparte, pero a mí el tío que más me entusiasmó fue el tío Miguel. Un anciano enjuto, alto, de rostro labrado por el sol, todavía fuerte aunque al mirarle, si la boina negra o el sombrero de paja raída por el uso, dejaban ver sus ojos, adivinabas en ellos que su vida se estaba secando.

El tío Miguel tenía dos mulas y un burro, y era el vecino del abuelo. El tío no hablaba mucho, conmigo no habló nunca.

En las amplías eras que rodeaban el pueblo supe lo que era trillar, y había trillado con el tío Miguel y mis hermanos cuando éramos unos mocosos, pero a mis catorce años ya no me interesaba dar vueltas y más vueltas sobre un trillo gritando: ¡Arre mula! No. Me interesaba más el burro que apenas salía sino era para acarrear cántaros de agua.

Una mañana mientras el tío aseaba la cuadra que estaba dentro de su propia casa, dejó al burro al lado del pozo de la plaza.

-Tío Miguel ¿me puedo llevar al burro a dar un paseo? -yo había entrado en su casa y le observaba desde la puerta del oscuro, apestoso, pero mágico habitáculo.

El anciano me miró y por toda respuesta alzó sus hombros. Adivinando un “haz lo que quieras”, cogí las riendas del borriquillo y me lo llevé.

Antes de salir del pueblo le arrimé a uno de los poyos que para sentarse había delante de una casa abandonada. Me subí al poyo y le chillé:

-¡Pórtate bien y no te muevas que me voy a montar encima de ti!

Cuando estuve acoplada sobre su lomo desnudo me sentí tan grande y poderosa que no cabía en mí, y sólo grité apretando con fuerza mis piernas contra él: ¡Arre!

Estaba tan excitada y nerviosa, tan deseosa de abarcar nuevos horizontes y sensaciones, tan maravillada de montar por primera vez en un caballo pintado de burro, que olvidé por completo coger las riendas. Sólo al atravesar las eras me di cuenta de que el cuadrúpedo las iba pisando.

-Burro -le dije al lado de una oreja a las cuales iba agarrada- ¡tenemos un problema pero tú no te asustes!. Burro... oye mira ¿qué te parece si te llamo Furia o Platero? Que dices que mejor Platero. Venga pues. Platero, ves esos casillos a la izquierda... ¿sí? Pues tuerce para allá.

Yo le torcía la oreja izquierda emulando a papá cuando daba al intermitente para que el seiscientos girara.

Pero Platero seguía por un sendero, como si se lo supiera de memoria, todo recto.

-De acuerdo ¡tú sigue! ¡No!, no, mejor para. Sí, sí, mejor para -pero el burro seguía a lo suyo- ¡PARA! Que pares Platero te digo que me quiero bajar -mas el burro no paraba. -Tú lo has querido, Platero, te trataré como lo que eres: un  burro, ni caballo disfrazado, ni porras, eres un b u r r o. ¡Sóóó burroooo! Pero para, por Juan Ramón Jiménez te lo pido so burro...

Y nada que hacer, el burro que se convertía en asno, sin riendas no obedecía. Yo volvía la cabeza de vez en cuando, y miraba con angustia las casas del pueblo que apenas se veían ya. El pánico empezaba a sustituir a mi cabreo cuando vi aproximarse al tío Cirilo por el sendero. Me sequé algunas lágrimas rebeldes con el dorso de una mano y cuando estuvo cerca de mí, le pedí que por el amor de Dios frenara a aquel bicho. Cogió las riendas y al momento Platero paró. Me ayudo a bajar, le di las buenas tardes y se fue. Yo me quedé, dueña de la situación y de las riendas, mirando fijamente a los ojos del borriquillo.

-¡A tu casa ahora mismo! Eres el burro más malo y desobediente que conozco y no te voy a hablar en la vida.

Al verano siguiente lo primero que hice al llegar al pueblo, fue ir a buscarle a su cuadra.

Ya no estaba.




martes, 26 de marzo de 2024

Y tira la cabra al monte

 

Las personas no somos ceros a la izquierda.

Ninguna.

Damos unas sorpresas, verdad?

Agárrate!!

 


ps, So payaso, déjame en paz

 

lunes, 27 de febrero de 2023

¡Yo ser buena!


 Recuerdo cuando jugaba a los indios. Jamás imaginé que iba a tener tanto en común con toro sentado. Lo digo por lo de sentado.

Nos hicimos mayores sin darnos cuenta. Como el viento que barre las hojas que nunca escribimos, como la casita de papel que se hizo de verdad. Nuestro mundo creció y vino gente nueva y otra se fue. Y por más que me miro en el espejo me veo casi igual, me siento igual.

 No importa los años, importa cómo te sientas.


Odio la palabra envejecer, te haces mayor. Pero eso solo significa vivir un día más, dar gracias por ello, porque puedes contarlo.

 En mi caso es un logro enorme y me encanta hacerme mayor, porque tengo una enfermedad grave desde hace muchos años. Y me cuido… que remedio.

 Pero es que me gusta.

 


Cuando veo en televisión la isla de los fontaneros… no no, digo la isla de las tentaciones a las niñas luciendo esos escotes de vértigo y enfundadas en esos trapos que no sé cómo pueden andar, me pregunto qué será de ellas cuando sean mayores.

 Porque nadie es Peter pan, todos nos hacemos mayores.

 

Adoro a la gente que aprende, que observa, que vive, que estudia, que lee, que se interesa por ti.

Aunque a veces eso no me sale bien. Si llevo mucho tiempo sin saber de alguien y pregunto me encuentro cada catástrofe. O  tiene cáncer o se ha separado o se murió hace ya.. Y entonces le digo a mi marido: no si al final la que mejor estoy soy yo.

Porque la vida son dos días, bueno uno y medio. Y los buenos ratos hay que buscarlos solo los malos llegan solos.

 Juega, ríe, canta. Juega a los indios, come cochocolate, chocolate no.

 No dejes a tu espíritu que se haga viejo.

Vive.


miércoles, 7 de diciembre de 2022

Se venden abrazos

 -Necesito un abrazo de oso, pago al contado.


-Y yo necesito un coche de segunda mano y lo pagaré a plazos- dijo Marcelo colgando el auricular del teléfono con fuerza- Esto no hay quien lo aguante, ¡llevan toda la mañana llamando!.

Mamá le decía a mi padre que tuviera paciencia que aquel era el día de los santos inocentes. Lo malo fue que al día siguiente siguieron llamando, y luego al otro y al otro. Papá estaba de un humor de perros, si es que los perros tienen humor, y a cada uno que llamaba le amenazaba con pegarle un guantazo. Mamá procuraba calmarle diciéndole que la gente necesita tocarse, sentirse, comunicarse, que la gente siempre necesitaría calor, pero hasta ella reconoció que se estaban poniendo pesados.

Mi padre pasaba sus vacacion
es de Navidad cambiando abrazos de oso por guantazos de gorila, y yo me sentía culpable.

El día de año nuevo llamó la tía Luisa y ahí acabó mi culpabilidad, y empezó el castigo. Papá preguntó al techo qué había hecho él para merecer una hija como yo, pero antes había mirado el periódico y se lo había enseñado a mamá. A mamá le pareció enternecedor el anuncio donde se vendían abrazos de oso, me miró sonriendo y con esa cara que pone cuando se le va a salir el agua de los ojos, pero me escondí detrás de las cortinas cuando oí a papá mascullar:

-Esta niña es igual que su madre, necesita un castigo o se pasará la vida viviendo en las nubes.

Y por eso os escribo, queridos Reyes Magos, para aclaraos que yo sólo quise ayudar. Siempre oigo decir a mis padres que con un solo sueldo no llegamos a fin de mes, que si después de las Navidades viene la cuesta de no sé qué calle... Y me acordé que mi hermana Carolina había vendido besos por un euro en la fiesta del cole, con lengua valían seis y sólo se los daba a los mayores como ella, si yo vendía mis abrazos de oso nos haríamos ricos. Papá decía que eran los mejores del mundo. Así que pensé que si de mayor quiero ser empresaria ( que por eso os he pedido la máquina de hacer dinero), pues estaría bien empezar con un pequeño negocio. La Carolina se reía cuando vio el anuncio antes de mandarlo al periódico, decía que nadie necesita abrazos y menos los míos de oso. Y aunque sé que mi primer negocio ha tenido éxito, os escribo muy rápidamente, porque seguro que ya habéis salido de Oriente, para deciros que ya no quiero la máquina de hacer dinero. Creo que papá tiene razón y me pasaré la vida viviendo en las nubes, por lo que necesito con toda urgencia un traje de astronauta.

PD: no importa si no es rosa.


                                                                                                         ,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,>                   María Narro

martes, 19 de abril de 2022

Desprotegida

 

¿Las redes son seguras? NO, y facebook menos.

Yo estaba de Semana Santa, ni sabía ni me importa que se vuelva a presentar el librito después de 12 años. Se destapa la historia  El plagio de mi primer libro: Fotos de un Adiós y viene a por mí. Y facebook la cree ¿¿???????

O creyó.

 

lee:

 El plagio de mi primer libro: Fotos de un Adiós


viernes, 25 de marzo de 2022

vídeo

 


…Pero cerrabas y se acababa.

La de Ucrania no, a las personas que tenemos que pasar mucho tiempo en casa nos la han metido hasta por la sangre.

Y la culpa de la huelga es de la guerra, de que el campo se muera, de las carencias en los supermercados… y de repente el Sahara.

Y yo ya dudo de que la guerra no tenga nada que ver con el polvo sahariano –continuara…-

https://youtu.be/AABvIQTuI7s

 

 

viernes, 18 de marzo de 2022

Tiempo de guerra y poesía.

 

Siempre hay guerras, pero la de Ucrania y Rusia nos pilla más cerca. Muchos tememos que esto sea un preámbulo de la tercera guerra mundial, por la cantidad de valentorros inconscientes que hay en el poder.


No le veo solución, y esperando equivocarme desde hace una semana solo veo titulares, cine y poesía.

Tenía pesadillas. Yo ya escribí una guerra. 


“Nos encontramos ante una prosista que al escribir Las palabras del viento ha realizado un duro camino interior. Porque aparte de describir un mundo muy aproximado al que debió vivirse en las épocas a las que hace referencia, Narro se crece con las palabras, los sentimientos y las vicisitudes de sus personajes.

Esta novela que María Narro nos presenta supone alejarse de las banderas de la contienda, que tanto daño hicieron a los moradores de este solar que habitamos, para acercarnos a la soledad y el sufrimiento del ser humano ante la catástrofe que toda guerra supone.”

 Marzo de 2010

Paco Huelva Cala

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Si alguien contara
que no es malo sentir miedo,
malo es
que el miedo te impida vivir.

Si alguien contara
que no es malo tener limitaciones,
malo es
no saber que todo el mundo las tiene.

Si alguien contara
que no es malo soñar,
malo es
no saber cuando acaba el sueño.
 

Si alguien contara
que la paz surge de unos ojos:
Si alguien contara...

jueves, 10 de marzo de 2022

miércoles, 16 de febrero de 2022

‘Confinada En El Desván’


 Imposible el deseo

imposible tus ganas,

imposible amanecer sobre el viento.

Quizás la luna 

quizás un verso, 

quizás el viento se ha cansado de gritar.


Tal vez la calma, 

tal vez nosotros….


Tal vez los sueños nunca fueron silencios, 

porque decían mi nombre 

porque irrumpían misterios.

Entre tus ojos, sobre la noche

bajo mi piel.



(De mi nuevo poemario, muy pronto) 


miércoles, 26 de enero de 2022

‘Recién exprimido’

 


Una palabra oscura en tus labios

amago de inocencia compartida

sed de sueños, ansia de volar entre las flores.

Dime que esta vez no me vas a mentir.

Es la furia de un beso,

la tempestad de un silencio,

el refugio de un te quiero.

Porque sigo siendo yo,

porque siempre es mañana.

 

Es la sonrisa de unos ojos,

el fuego lento de una ilusión.

 

(de mi nuevo poemario ‘Confinada En El Desván’)

    

viernes, 1 de octubre de 2021

La calma, la furia, el universo, la paz.

 

Cerrar la noche

mirar hacia dentro,

jugar con la lluvia en cada esquina

y sentir tu alma entre mis dedos.


 

A veces hay que romper la ironía

con la lanza más oscura de la verdad,

tener un sueño

y saber lo que es amar.

A veces hay que inventar el arcoíris

con las letras de la pasión y las ganas de vivir,

mirar las estrellas

y acariciar la calma de tus brazos.

 

La calma, la furia, el universo, la paz.

Cuando los pétalos de luna se confunden

con las lágrimas del sol es hora de parar.

Porque hay veces que la reina, sin abandonar el juego,

con los peones y el alfil de la mano sale del tablero,

luces infinitas surgen de las torres

y los caballos pastan a sus anchas.

 

Cerrar la noche

mirar hacia dentro,

jugar con la lluvia en cada esquina

y sentir su alma entre mis manos.