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lunes, 21 de noviembre de 2011

Bailando con el arco iris...

Ayer cuando veníamos, sobre las cuatro de la tarde, tanta lluvia y el sol dibujaron un precioso arco iris. A pie de la carretera.

Nunca lo había visto tan de cerca.
Retiré el techo solar y recliné mi asiento mirando hacia arriba, por suerte yo no conduzco. Los colores del arco iris nacían tan solo a un metro de distancia de nosotros pero nunca conseguíamos tocarlos.



Tanta lluvia y el cielo negro lo hacían resplandecer.
Un tímido rayo de sol se coló por el cristal y alcé mis dedos, y fue un instante o justo lo que yo quería ver: que de mi mano nació el arco iris... ¿Qué significa esto?



Iba a preguntar justo, cuando machaconamente en la radio volvían a repetir:
“Creemos que la intensa lluvia ha sido la causa de la escasa participación ciudadana, esperemos que hasta las ocho que se cierran los colegios nos podamos recuperar”.
Bienvenida al más impasible y rutinario domingo electoral.
Pero... ¿había algo que elegir?



Y ¿por qué será que el sr. Aznar se retira del escaparate de los pepes justo cuando los sondeos indican que obtendrán mayoría absoluta? ¿Sospechará este hombre que sigue cayendo mal? ¿Habrá que volver a votar para echarle... a Rajoy quiero decir, obviamente?



En fins, haber si empiezo la promoción de mi novela Las palabras del viento mientras el nuevo gobierno nos saca de la crisis... que para eso le pagamos, todos.
Por pedir...
¡Yo pediría creer siempre en el ser humano, y que vuelva a salir el arco iris!!

3 comentarios:

Raquel dijo...

Yo también. Tu texto me ha encantado María. Lo bueno de la lluvia son los arco iris.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

EL ARCOIRIS LO LLEVAS DENTRO, MARÍA.

María Narro dijo...

a mí me gusta ver llover, Raquel. Cuando llueve tanto y hay un pequeño sol, se convierte en un espectáculo de luz tenue pero clara entre tantas nubes casi negras. Fue precioso.
Un abrazo.

a veces el arco iris puede ser un estado de ánimo, cierto.
un beso.