Osa mayor. Año 3004.
-Mami ¿por qué lloras?-, -No,
cariño, no lloro sólo me brillan los ojos. ¡Mira lo que he encontrado!-, -¿Qué
es eso, mami?- , -Ven, siéntate junto a mí, quiero enseñarte estas viejas
cartas de tu padre-, -¿De mi papá? -, - Sí, mi amor, de tu papá. Escucha, ésta
fue la última -.
Mi amada Atenea; nunca creí que
pudiera encontrar mi alma gemela fuera de Centauro. La primera vez que te vi
creí que eras alguien corriente. Te fui conociendo y la belleza de tu alma me
desbordó. Sé que lo que hago es pecado, va contra las leyes pero yo te siento.
Hace tiempo que me negué a seguir vacunándome, por eso contigo, supe lo que es
la ternura, la emoción, la pasión... el amor. Mi dulce Atenea, quiero darte un
hijo; me estoy muriendo, siento demasiado. Pero esta muerte que se aproxima no
me inspira ningún terror, al contrario, la anhelo como anhelo tu presencia a mi
lado. Mi esperma ha sido congelado, pronto llegará a vuestra nave, estoy muy
cansado, necesito dormir. Te siento muy dentro.
Desde la eternidad, el amor que
espera mover siempre tu alma, Risko 24.
Risko 25 bostezó por tercera
vez. –Mami, no entiendo nada -. Atenea abrazaba a su pequeño. -No tienes nada
que entender, sólo que tú papá desde algún lugar de las estrellas siempre
velará por ti... y por mí-. La
acompasada respiración del niño le indicó que se había quedado dormido. En
aquel momento Atenea sintió la urgente necesidad de contestar aquella carta.
Mi indeleble Risko; han pasado
siete años. Te he sentido cada minuto de este tiempo y aunque soy consciente de
que estoy pecando, me oculto de todo y todos para no sentirme culpable. Las
leyes dicen que sentir trae demasiadas desgracias, que hubo un tiempo en que
esos sentires sólo conducían a miserias, y después guerras, odios, vanidades,
egoísmos... Pero se olvidaron de que esos sentimientos negativos engrandecen
las cosas buenas. La gente tiene miedo a sufrir. Yo también dejé de vacunarme,
siento cosas que los demás no pueden; y aunque siento demasiado sé que no me
voy a morir, sólo dejé que se me agrandara el corazón. Tu esperma fecundó.
Nuestro hijo tiene cinco años. Te siento muy dentro y eso me hace feliz.
Desde las estrellas, el alma
que siempre necesitara de tu recuerdo para seguir, Atenea 17.
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