Por no decir que los números que yo juego en la lotería nacional nunca los meten en el bombo. Hay navidades raras y esta lo está siendo.
El otro día fui al médico ya que por el tema de las agujetas me caí hace diez días y casi me partí una pierna; el golpe fue tremendo y a pesar de tenerla en alto cura muy despacio, por lo que fui a que me vieran para quedarme más tranquila.
En la misma puerta de urgencias nos encontramos a unos amigos que salen. En ese momento se me pone una cosa en la garganta, necesito girarme, pedir perdón, decir ¡un momento! Y toser, y luego saludo. Pues no. La mujer amiga se me echa encima para besarme, luego el hombre y después el niño amigo. Necesito toser y no me dejan. Tampoco puedo hablar por lo que paso a ser invisible. Toso con retraso más fuerte para despejarme la garganta.
-¡Vaya tos! Cúrate ese constipado.
-Si no estoy constipada, vengo porque me caí y…
Pero ya se van porque tienen prisa y no me oyen:
-Pues nada… con Dios, por la sombra y feliz Navidad.
Y no sé porqué todo me suena al chiste ese en el que felicitan la navidad y contestan ¡Tu fruta madre!
Dentro de la consulta entiendo que todo está bien y la sonrisa de la médico me tendría que tranquilizar. Pero es que no ha sonreído en ningún momento, me mira con una cara de pena que me traspasa. Por lo que pienso ”he entendido mal, además de escayola, me operan y me han debido matar hace un rato”. Salgo temblando, mi marido sonriendo y ya estoy confundida del todo.
Pierna en alto una semana más y hielo. Y por qué me miraba así? Ya, porque he dicho que tengo una ataxia de Friedreich.
Me dan ganas de volver y gritarle que le de a su cuerpo alegría Macarena que yo ya tengo suficiente con sonreírme cada mañana y aprender a vivir; no he ido a consultarle nada de la ataxia sino de un cardenal ¡a usted le pagan por sonreír, feliz Navidad y que te den… morcilla!
Pero es Navidad y eso se lleva dentro. No importa dónde estés ni con quién estés, importa cómo te sientas. Para mí es un momento mágico que igual puedo vivir en pleno verano o primavera, pero las tradiciones y los niños mandan. Y ahora es tiempo de Navidad.
No sé si tiene truco o no, ni si la venden sólo en el Corte Inglés; toca sonreír, no decir tacos, ponerse guapa y jugar con la ilusión.
¡Feliz Navidad!
(El otro día decía que cuando lloraba –ya duele menos- me obligaba a cantar. Es esta… ¡si es que me he metido en la Navidad a base de golpes!)
El otro día fui al médico ya que por el tema de las agujetas me caí hace diez días y casi me partí una pierna; el golpe fue tremendo y a pesar de tenerla en alto cura muy despacio, por lo que fui a que me vieran para quedarme más tranquila.
En la misma puerta de urgencias nos encontramos a unos amigos que salen. En ese momento se me pone una cosa en la garganta, necesito girarme, pedir perdón, decir ¡un momento! Y toser, y luego saludo. Pues no. La mujer amiga se me echa encima para besarme, luego el hombre y después el niño amigo. Necesito toser y no me dejan. Tampoco puedo hablar por lo que paso a ser invisible. Toso con retraso más fuerte para despejarme la garganta.
-¡Vaya tos! Cúrate ese constipado.
-Si no estoy constipada, vengo porque me caí y…
Pero ya se van porque tienen prisa y no me oyen:
-Pues nada… con Dios, por la sombra y feliz Navidad.
Y no sé porqué todo me suena al chiste ese en el que felicitan la navidad y contestan ¡Tu fruta madre!
Dentro de la consulta entiendo que todo está bien y la sonrisa de la médico me tendría que tranquilizar. Pero es que no ha sonreído en ningún momento, me mira con una cara de pena que me traspasa. Por lo que pienso ”he entendido mal, además de escayola, me operan y me han debido matar hace un rato”. Salgo temblando, mi marido sonriendo y ya estoy confundida del todo.
Pierna en alto una semana más y hielo. Y por qué me miraba así? Ya, porque he dicho que tengo una ataxia de Friedreich.
Me dan ganas de volver y gritarle que le de a su cuerpo alegría Macarena que yo ya tengo suficiente con sonreírme cada mañana y aprender a vivir; no he ido a consultarle nada de la ataxia sino de un cardenal ¡a usted le pagan por sonreír, feliz Navidad y que te den… morcilla!
Pero es Navidad y eso se lleva dentro. No importa dónde estés ni con quién estés, importa cómo te sientas. Para mí es un momento mágico que igual puedo vivir en pleno verano o primavera, pero las tradiciones y los niños mandan. Y ahora es tiempo de Navidad.
No sé si tiene truco o no, ni si la venden sólo en el Corte Inglés; toca sonreír, no decir tacos, ponerse guapa y jugar con la ilusión.
¡Feliz Navidad!
(El otro día decía que cuando lloraba –ya duele menos- me obligaba a cantar. Es esta… ¡si es que me he metido en la Navidad a base de golpes!)
3 comentarios:
¡Feliz Navidad!.
un abrazo.
Miguel-A.
Pero, ¿Ya estás mejor de la pierna?
(Ay, esta niña, qué peligrosa es... Y cuando lleva callada bastante tiempo... más; lo que digo, una revulucionaria de mucho cuidado.)
(A ver si a partir del año que viene comienza la campaña a la presidencia de la Narro, esa sí que no se calla) ;))
Mi querida Marita... ¡Felicidades!
Tepe quieperopo...
Feliz Navidad, Miguel Angel.
¡Miguel!
me gusta la idea. Si yo fuera presidenta pondría a trabajar de albañiles a casi todos los políticos. Y a algún alcalde.
estoy mejor.
tepe quipieperopo
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