Es difícil acabar de mirar las noticias sin que te entre mal
cuerpo. Me niego a hablar de Julen, ni de chicas muertas, palizas, malos
tratos… ya saben: el último mono de Singapur que hay quien mantiene al margen
de temas delicados por eso, porque me consideran idiota.
Claro, que los que les secundan…
Mi sensibilidad y educación me dicen que me centre en lo que
importa, o me lio a hostias con maltratadores, pozos ilegales, frío polar y
demás.
De política e investiduras paso por salud mental, ni te cuento
del orejón –digo Errejón- y toda su vasca. Procurarme un mantenimiento físico me calma y
me ayuda a ser feliz.
Y en ello estoy desde el pasado día 3.
Ejercicio, ejercicio y tesón. No hay más, todos los días. Mi
constancia jamás será la tuya. Lo hago sola, no hay médicos ni medicinas, sino
información y lo consulto todo con mi fisio.
Basado en respiratorios, coordinación, lecturas en voz alta y
fuerza con mis piernas.
Y escribo.
Habrá fotos y vídeo.
Los viernes descanso porque vienen mis perros.
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