
Cuando estuve colocada en el escenario entre Juan Garrido e Irene, de nuevo empezaron los periodistas con su rosario de fotos. Sabía que mi familia estaba muy emocionada y no los podía mirar, tampoco podía mirar al público porque no sabía de dónde había salido tanta gente ni quería ponerme más nerviosa. La única forma de que la enfermedad no me jugara una mala pasada y me dejara sin voz era centrándome en lo que había en la mesa. Mi libro, una botella de agua y el micro ;)
Después de hablar el editor, Juan Garrido e Irene que me pusieron de ejemplo pa’rriba, llegó mi turno. En mi papel ponía: Primera pregunta ............. respuesta......... (no las recuerdo, después tuve dos presentaciones más), pero yo pensaba que Juan me iba hacer la pregunta y yo sólo tenía que decir la respuesta. Pues no. Me presenta, la gente aplaude y me retiro del micro indicándole a Juan ¡la pregunta!
Me mira de nuevo indicándome ¡empieza!
Al día siguiente los periódicos indicaron que había complicidad entre Juan Garrido y yo.
Empiezo... Supongamos que alguien me pregunta (tó Dios riéndose). Creo que tenía 10 preguntas en mis papeles y me tuve que inventar ‘entradas’.
Gustó, emocionó y mi voz fue clara.
Al acabar el acto firmé muchos libros. Fuera del salón estaban sirviendo champán y turrón. Cuando salí saludé a tanta, tanta gente que casi al final, cuando la mejor amiga de mi madre me dio dos besos no supe quien era. Pillé al camarero y me bebí una copa de un trago.
Y ese fue mi día, y éste uno de los artículos que más me gustan (pinchar si queréis leerlo). Luego tuve una presentación el día 31 y otra el 13 de Enero en Toledo, pero ahí ya fui con mi discurso en condiciones, el de Toledo aún pulula por la red.

Ha sido Precioso revivir este día con vosotros. Gracias por leerme.