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viernes, 30 de diciembre de 2011

Tú...

Tú, no serás la locura, una pisca de jabón , que te beso
y te vas, dime que hace tiempo ya me deseas a mi
que eres mi razón, mi voz, dime que no eres tú, solo un
espejismo, tú….


30 de diciembre, preparada y casi lista. Y se va... al borde del precipicio, pero ésta vez azul. Con miedos sí, el cáncer es muy duro en una persona tan cercana. Y estás tú...


Cantaré, y al caminar despertaré, al mundo entero
le hablaré de todo lo que es mío de ti, muchacha triste,
cantaré, diré a la lluvia que al caer, amar es otro viento
que solo el cielo sea azul, inmenso río azul.





(propongo hacer un monumento a éste pedazo de señor que mejora con los años)

jueves, 29 de diciembre de 2011

El día que fuimos dioses

Llueve sobre Singapur, sí, llueve en los confines de la Malasia, llueve con la fuerza de las mareas, de los espíritus de los ancestros milenarios, llueve con el poder recurrente de la naturaleza, del dios de la lluvia que gobierna los cielos y los mares.”

Así empieza la novela de mi compañero, paisano y amigo Francisco Rodríguez Tejedor.

Un libro intenso, vivo.
Denso en algunas ocasiones pero lleno de sentimiento y poesía. Profundo y lento en saborear; para leer despacio, sin prisa. Una recopilación de estampas llenas de vida, de los días aquellos en los que fuimos dioses... porque todos lo fuimos en alguna ocasión.
Me llama la atención la cantidad de historias que pueblan ésta pirámide literaria amasada durante muchos años, con escenarios tan dispares como Singapur, Hong Kong, Sevilla y mi misma Alcarria, entre otros muchos.
Escenarios perfectos, reales.
Un libro tan viajero como su autor.

“-Háblame de Antonio Machado...”
Yo no, Francisco Rodríguez Tejedor realiza, en esta su primera novela, un precioso homenaje a tan gran autor. Omnipresente a lo largo de casi todo el libro como la lluvia, una lluvia dulce y a veces amarga que no deja de caer...
Dos de sus muchos personajes me han llegado de una forma especial, no sé por qué: Nando –Fernando Olivares- y Eva.
Un libro que apunta alto. Una estructura y forma muy cuidada, perfecta. Y un fondo exótico, lleno de situaciones límite.

Tal vez en estos días a mí me ha faltado más tiempo del que tengo para poder leerlo en su justa medida; estoy segura de que se me han pasado por alto mil detalles que descubriré en una nueva lectura. Porque de ahora para siempre pasa ya a mi biblioteca.

A Francisco, su autor, le conocí hace casi dos meses en una firma de su libro aquí en Guadalajara. Y la primera impresión que tuve de él no me ha fallado; su amabilidad y cortesía son un fiel reflejo de El día que fuimos dioses.

lunes, 26 de diciembre de 2011

En las nubes...

...y demasiado por hacer.

Los últimos retoques de mi novela antes de ponernos con las correcciones. Perfilar nota previa, agradecimientos (sobre todo a mis amigos nunca olvidados 'Calle Quimera' -¡sorpresa!-) y mi biografía.



Esto sí que es complicado: la biografía.

¿Cómo decir que cuando uno se descubre su primera espinilla yo descubrí que usaría una silla de ruedas sin tardar mucho?

¿Cómo se dice eso sin ser animal, ni brusca sino finolis?

"Caspita, no tengo ni idea"

Pero lo haré.


Mis antiguas compañeras del colegio me miran con cara de: ¿pero si tú suspendías?

Claro, porque no estudiaba.

Necesitaba una vía de escape para no volverme loca. Enamorarme a diestro y siniestro, sin fuego a discreción; soñar, reír... vivir.


¿Y tú qué sabes de la guerra civil? Me suelen preguntar ahora.

Si fuera licenciada en historia, o la hubiera vivido nadie me preguntaría eso. Y yo sólo digo una cosa de momento: quien tiene internet en casa y no sabe de algo es porque no quiere.

A unos les da por piratear, a otros por bajarse todo... pero todo. Cada uno es muy libre de hacer lo que quiera.

Demasiado por hacer

Y vienen los peques. Y el 2012... ¡Biennnnnnnnnnnnnnnnnn

¡A trabajar...!

lunes, 19 de diciembre de 2011

Siempre...

Ven soldado...
vuelve ya
para curar tus heridas
para prestarte la paz...



Eso es un trocito de la letra de la canción de Navidad que más me gusta.


Y llegó, esos días tan temidos para unos y tan fantásticos para otros; y el muñeco de nieve con luz intermitente que me he comprado que le voy a pegar un guantazo de un momento a otro porque me hace daño a los ojos... espera que le cambio de sitio.
A mí me encanta todo esto, pero ¿por qué los adornos? ¿Por qué las luces de neón por todos los sitios? ¿No estamos en crisis? ¿Y unas poquitas menos?

La Navidad se siente o no se siente, no hace falta todo esto. Hace falta no estar solo y rodearte de lo que amas, pero eso hace falta Siempre.

Con ausencias, con la sombra del cáncer sobre dos de mis cuñados, con una promesa en las manos y una sonrisa del cielo...
Feliz Navidad.
.

viernes, 16 de diciembre de 2011

En la mesa pedigüeña...

digo petitoria y de información de la Esclerosis múltiple.

Estos días estoy ayudando a la asociación donde voy al gimnasio, cosa que me parece justo y normal pues otros no pueden. Pero es muy, muy difícil acercarte a la gente con una hucha pidiendo un donativo. Y no lo he hecho, me he dedicado a repartir folletos informativos, calendarios y globos a quien hacía un donativo a mis compañeras.



Hay gente que muy amablemente se acerca y te escucha, otros se rascan el bolsillo sin escuchar, pero muchos te ponen cara de pasa palabra, de no sabe no contesta y sigue andando, o... a mí no te arrimes. Claro, al primer corte de mangas que le he hecho a uno (muy disimulado porque he acabado rascándome la cabeza cuando me he dado cuenta de lo que hacía) me han mandado a otra planta con un montón de calendarios.
Y ahí salió mi Bernarda o Mafalda chispeante, porque después de varias horas era casi insostenible seguir aguantando las diferentes reacciones de la gente.

Ha sido un señor de mirada elevada y traje caro que nos ha dado 5€, me acerco a él con el calendario y un folleto... y dice: ¡no, si yo no necesito nada!
-Ni nosotras tampoco –le he contestado- ni pedimos limosna. Estamos aquí porque el ayuntamiento nos obliga al no darnos subvenciones para mantener el gimnasio que nos ayuda a vivir a muchos.
Le he dado los papeles a mi compañera y me he ido a la cafeteria.


Y... más de uno o una, ha quedado como un auténtico pelele, pero yo me siento muy bien conmigo misma. Siempre rodeada de prejuicios, todas éramos compañeras y un ‘mandamas’.
Es que es muy fuerte que en Guadalajara corran más que rumores de que el señor alcalde iba a gastarse 300.000 euros en un campo de golf cuando se supone que el Ayuntamiento no tiene un duro; y nosotras ‘pidiendo limosna’.

jueves, 15 de diciembre de 2011

¡La portada!

Mi editor ya ha puesto la portada provisional de mi novela en facebook, y aquí la tenéis. Es ésta:



con algunos pequeños cambios, pero mi novela ya tiene cara... oficial.

lunes, 12 de diciembre de 2011

¡A por la Navidad...!

Compromisos, fiestas, compromisos, buenas caras, dulzura, hipocresía... Navidad.

Cada año llega antes ¿no?
Aglomeraciones, compras... y media hora esperando para ver... te arrimas y le rozas sin querer... ay por Dios, lo siento que no le vi.
Llevas esperando media hora y cinco minutos para que se quite, y nadie te ve a ti.


Algo así me pasó el sábado pasado con una gitana de estas que siempre llevan su delantal negro encima de la falda hasta los pies y debajo del abrigo, conjuntado todo con unas zapatillas de andar por casa y rodeada de cuatro o cinco churumbeles. Los niños en cuanto me vieron se olvidaron de los juguetes. Tan rocambolesco como increíble es tener complejo de juguete, pero haberlo ahílo.

Me miraban y tocaban los botones de mi silla como si fuéramos una atracción de feria... o mucho peor, como si fuera el mazinger z dispuesto a disparar a propulsión un guantazo a cada uno de los chiquillos. Mis ganas, con mi absurda diplomacia yo les quitaba sus sucias manitas de mi silla mientras llamaba a su madre.
-¡Señora se puede quitar, por favor, me deja pasar! -a esas alturas ya no podía salir ni pa’lante ni pa’trás- ¡Señora...!
Al comprender que la matriarca estaba aquejada de sordera profunda de indiferencia, la rocé. La rocé con tan buena suerte que la gitana dio un paso hacia atrás y se golpeó con mi silla.
Despacio porque yo estaba parada... llevaba media hora y cinco minutos parada detrás de ella.
E imagino que como estaba tan acostumbrada a soltar bofetadas sin ton ni son me quiso soltar una a mí. Y no me pegó porque mi marido que me estaba buscando le paró la mano.

-¡Ay, qué me ha roto el tobillo! –se quejó la gitana.
Yo blanca y con los ojos muy abiertos, era imposible...
Mi marido me mira para que vaya a por los de seguridad y que llamen a una ambulancia.
-¡Ya está bien, zeñor!, ¡ya no duele! –dice de nuevo la gitana mostrando y moviendo su pie enfundado en una vieja zapatilla.

Ante el alboroto, y todavía pálida, les dije a los de seguridad –son amigos míos- que no había pasado nada. Y seguí comprando, o mirando, con mi reluciente cara de Navidad que se había despistado.

Porque yo tengo cara de reluciente Navidad; porque el cáncer parece que se aleja de mi familia; porque mi novela, Las palabras del viento, que se publicará en abril brota dentro de mí con más fuerza que nunca; porque el 2012 será mi año; porque... la Navidad sólo es un estado de ánimo.

Y en las cenas compromiso, cuando reine la hipocresía, recordaré que fui princesa. Me hicieron sentir como tal.
Sin almenas, rejas ni palacios... a veces no hace falta.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Si yo te contara...




...así empieza la parte final de mi poemario ‘Por la puerta de atrás’ y acaba con el poema que hoy quiero gritar:



Te mentiría si dijera
que nunca pregunté al viento
si tú me querías..., te mentiría.

Te mentiría si dijera
que no he visto, en el ocaso de la luna,
a una sirena llorar,
que no he visto a miles de cisnes
rendirse ante la adversidad,
que no he visto tenues estrellas
vagando en la oscuridad.

Te mentiría si dijera
que la vida es un tobogán
de dulces sensaciones,
que la vida nace y muere
con cada valiente,
que la vida es una senda
ya marcada..., te mentiría.

Te mentiría si dijera
que nunca he visto marchitarse
la primavera,
que nunca he visto quebrarse
una quimera,
que nunca he visto perderse
mi fuerza entera.

Te mentiría si dijera
que siempre pregunté al viento
por qué a mí..., te mentiría.



Pero... ¿por qué llamar a un poemario Por la puerta de atrás? Quizá porque es un titulo protesta, ya que lo escribí hace varios años cuando se juzgaba más mi discapacidad que mi forma de escribir; o porque sé lo que es que unos escalones te digan: tú entras por la puerta de atrás; o quizá... De todas formas no quiero que nada de lo que he escrito hasta ahora caiga en saco roto... y leer algo tan cortito y diferente merece la pena. Creo.
Si lo quieres descargar, totalmente gratis, a la derecha del blog puedes hacerlo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

El alquimista impaciente, de Lorenzo Silva

"Un cadáver desnudo, sin rastros de violencia, aparece atado a una cama en un motel de carretera. ¿Se trata o no de un crimen? El sargento Bevilacqua, atípico investigador criminal de la Guardia Civil, y su ayudante, la guardia Chamorro, reciben la orden de resolver el enigma..."




Hace unos días cayó en mis manos ‘El Alquimista impaciente’ de Lorenzo Silva, novela ganadora del premio Nadal 2000. No soy muy dada a la novela negra y sabía muy poquito del panorama actual español. Como siempre me quedaba en los clásicos y nada más; Conan Doyle con su Sherlock Holmes y Agatha Christie con su Hércules Poirot. Pero nunca sabrás lo que te pierdes hasta que no empiezas...


Y podía haber leído cualquier libro de Lorenzo Silva, de su amplia saga de Bevilacqua y Chamorro, pero... fue ‘El alquimista impaciente’. ¿Y qué tiene este libro, además de la maestría, sutileza y humor de su autor? Para alguien que ha nacido en la Alcarria y vive en Guadalajara lo tiene todo, porque la historia –totalmente ficticia- transcurre en la Alcarria. Y si ese alguien se ha criado rodeada de tricornios, apaga y vámonos –yo nací en una casa cuartel de la Guardia Civil-.


Pero ni apagamos ni nos vamos. Cierto que yo me he sentido totalmente identificada desde un principio y reconocido y palpado cada escenario –menos el de la central, soy incapaz de arrimarme-, pero El Alquimista impaciente... es mucho más. En su corte de novela policial la intriga, curiosidad y misterio se despiertan desde el primer párrafo; los encargados de resolver el caso: un hombre y una mujer, el sargento Rubén Bevilacqua y la guardia Virginia Chamorro con una sutil y preciosa química que sobrevuela entre ellos, química nada más. La trama gira entre la central nuclear de Trillo y la forma fácil de hacer ingentes cantidades de dinero. Con golpes de humor muy agudos sin perder un ápice la elegancia del buen escritor, Lorenzo Silva contagia las ganas de saber más en cada página bajo la sirena del coche oficial de Vila y Chamorro. Y aprender... es solo vapor de agua.

Y ¿qué dice el autor?

Esta novela fue escrita entre junio y septiembre de 1999. La primera idea databa de al menos tres años antes, cuando se insinuó en mi mente la posibilidad de recurrir a Chamorro y a Bevilacqua para hacer una aproximación novelesca a cierta fauna de la sociedad española actual, y a ciertos impulsos más bien insensatos que en nuestra sociedad mueven a numerosas personas. Por lo demás, intenté hacer un digno relato policial, que no es tan fácil como algunos parecen querer dar a entender, y como siempre, una historia que estimulara al lector. Con el resultado en la mano, creí que podía presentarla al Premio Nadal, y así lo hice. Ganó la edición del 2000 y llegó a muchos lectores, que es lo mejor que le puede pasar a un libro. Su salida en edición de quiosco, en el otoño del 2000, fue una gran noticia para mí. Toda mi juventud lectora se nutrió de libros baratos. Por eso es un honor y una satisfacción ver una novela mía convertida en libro barato, accesible a cualquiera (o casi).

http://www.lorenzo-silva.com/