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lunes, 23 de mayo de 2011

Cajón desastre...

Hay días en los que el periódico se queda sobre la mesa y tu mente hace las maletas... o empiezan a centrifugar los pensamientos:

*Somos tantos los que no hemos votado o votado en blanco que, ¿’adónde’ han arrasado los pepes que yo no me entero? Una victoria a costa del voto en blanco siempre será una victoria con minúscula y ellos lo saben, por muy cínicos que sean (hace años que dejé de creer en las mentiras de la política... pero si hay que votar para echar a otro Aznar se hará)
Y ahora imagínenme muy enfadada amenazando a la cámara -estilo Sálvame-: ¿vale?

*¿Hay que tener en cuenta todas las críticas que te hagan? Si ya sé que cuando escribes un libro en cada lector habrá una interpretación distinta ¿y cuál es la válida para colgar en un sitio público? Me temo que la de alguien que te confiesa en privado que atraviesa una depresión y se lee tu libro a la fuerza en dos meses... me temo que no. Eso me pasó hace cinco años con Alberto Vallejo y lo digo porque el archivo aún pulula por la red.
¿Y qué pasa con las opiniones que no se cuelgan pero se quedan perpetuadas en tu mente? Más reciente... esto fue mucho más reciente. Duele tanto releer los cabos que tú dijiste que dejé sin atar, es una de las partes más emotivas de Las palabras del viento.
Han pasado ya 6 meses y como dije en ‘¿a qué huele el tesón?’ las prisas no son buenas. No te nombré ni te nombro, para ¿qué?
Tú sabrás lo que haces, ahora que ya puedes pensar.

*¿Se es menos inteligente por escribir novela corta? Resulta ridículo pensarlo... entonces ¿por qué se las dan de supermegaguay de intelectuales los que escriben tochos que muy pocos van a leer?


lunes, 16 de mayo de 2011

Mi querido Google:

anoche acabé un poquito antes el fin de semana, encendí el ordenador y te eché un vistazo... ¡Qué sorpresas me das! Conversaciones antiquísimas de mi querida Andrea (2ª y 3ª página no más), el nick que usaba en los foros de terra y, esto me ha hecho casi llorar..., vale quito el casi.

Primero quiero agradecer a COCEMFE Castilla la Mancha el que hayan acogido y organizado esta presentación, a la Directora General de cultura y al delegado de cultura de Toledo su asistencia al acto, a mi amiga Josefina sus maravillosas palabras, a la actual junta directiva de APRODISFIGU por apoyarme y estar hoy aquí, y a mi amiga Alicia, la diseñadora de la emocionante presentación en flash que se ha pasado.

Mi discurso entero de cuando presenté ‘Fotos de un Adiós’ en Toledo (13-1-2007) –memoria de elefante, sorry) la tv autonómica lo retransmitió y no lo vi :(



El simple hecho de que Josefina mencione el Quijote en la presentación de mi libro ya es un halago. Además de que el libro de Cervantes es uno de mis preferidos, siempre me he sentido un tanto Quijote, ¿por qué? Porque me he pasado la vida luchando por un ideal. Primero por ser una chica más y luego por ser una mujer más, un ser humano más.



Y claro he recordado que en la primera presentación, en Guadalajara ante el salón de actos de la Caja con un lleno hasta la bandera y más (no me invento nada: hay fotos y recortes de prensa), yo no tenía discurso e hice reír a todo el mundo. A saber: no he contado un chiste en mi vida (escrito sí, hablando NO) y era la primera vez que hablaba en público.


Dos días antes de “mi presentación en sociedad” me habían pasado cinco preguntas sobre mí y el libro para que me explayara ante el público. Misión: que no me entre la tos, ni un ataque de risa. Objetivo: que la gente no bostece. Ventajas: que no me podía ir corriendo a mi casa jajajajaj perdón, pero yo soy así.
El acto se politizó demasiado pues mi madrina fue Irene Villa, de quien no he sabido nunca jamás nada, ni creo que se leyera el libro, o no entendió nada. Pero bueno, eso suele pasar cuando se lee con prisa.


Total, que allí estaba yo sin poder protestar por las palabras de Irene y sin haber unido mis cinco preguntas. No lo pensé ni nadie me lo dijo, y tantos nervios no son buenos. No sé si en aquel momento vino la inspiración o que fue eso, pero no podía empezar enumerando las preguntas y ya está:


“Como decíamos ayer... buenas tardes a todos... supongamos que alguien me hace una pregunta...” carcajadas y ya a mis anchas. No lo podré olvidar nunca; quedé de fruta madre. Hablar por primera vez en público no fue tan difícil, ni me sirvió de nada el curso intensivo que hice por tal motivo.


Además de guardar algunos recuerdos, mi querido buscador, me has enseñado y me enseñas tanto... hasta cuando te pones en plan lumbreras y me dices: Quizás quiso decir ‘mariposa de mil colores’. Y a ti sí que te puedo protestar: ¡Qué no, leches no, dije ‘marisopla de mil colores’ y tú buscas por si sale algo.

jueves, 12 de mayo de 2011

Inquieta...






Porque no es bueno estancarse pero tampoco abandonar, has de seguir escribiendo.



Estoy metida en el proyecto literario más ambicioso de mi vida, aunque sé que no enganchará tanto a la gente ‘normal’ de la calle como Las palabras del viento. Me llena, me complace, me fascina. Pero...

Y siempre hay un pero, cuando te dedicas a crear personajes algunos llegan a cobrar vida propia... no es normal que en una gran fiesta en el palacio de Hatshepsut se me presenten mezclados entre las siervas medio desnudas... Bernarda, toda vestida de luto, intentando taparlas; el pregonero y Zacarías, debajo de aviones que rugen, preguntando ¿y nosotros qué? No es normal :))) ni fácil.

Total que he vuelto a mover el blog de la novela poniendo el prólogo y contando algunas cositas en los comentarios. Todo sea por apaciguar la espera de Bernarda (sólo Durrell, Antonio Mata y Paco Huelva saben que ella es así y peor)

pincha: Las palabras del viento

lunes, 2 de mayo de 2011

Apostando por María Narro, libros electrónicos ¿sí o no?

Ëste fin de semana he conocido a Nacho... hablamos y él ha puesto esto en facebook:

_Nacho Largo Nuevo_ Has publicado ya dos libros y participado en los tres libros del portal literario El Recreo, uno de tus libros de poesía está publicado sólo en formato digital ¿Qué opinas de los libros electrónicos?
_María Narro_ Como escritora novel, y eterna aprendiza de la vida, creo que el libro electrónico puede ser el mejor complemento de un libro impreso en papel.
_NLN_ ¿Sólo un complemento?
_María_ Depende de la obra, de a quién vaya dirigido lo que has escrito, y de que pase el tiempo para que los atrayentes lectores de libros sean más baratos. No me cabe la menor duda de que alguno de esos miles de niños que están creciendo con una maquinita de Nintendo en las manos el día de mañana te podrás acercar a él con un libro electrónico, sin embargo el libro de papel lo dejara para la obligación de estudiar. Y leer no es una obligación... al menos yo como autora no quiero que nadie me lea por obligación.
Depende de a quién vaya dirigido lo que has escrito, pues porque por ejemplo
Las palabras del viento, en la que mezclo la trama de la novela con la guerra civil española, quien más se puede sentir identificado con lo que pasó en muchas de nuestras familias son las personas que menos pueden acceder a Internet, o a una descarga.
Y sin embargo, el proyecto literario en el que trabajo ahora donde trato de aunar la informática, faraones y humor... ahí sí me decantaría por el libro electrónico, refiriéndome siempre a un dispositivo electrónico para leer libros digitalizados, no a una computadora.
Hay una puerta medio abierta para conseguir muchos lectores nuevos, pero creo que se tardara en abrir del todo. Tu imagina un Harry Potter en libro electrónico, lo que dudo es que alguien compre El Quijote así por casi 300 euros. O no piensan, o no quieren vender.


_NLN_ ¿Morirá el libro impreso en papel algún día?
_María_ En absoluto. Nunca; el olor de un libro impreso no lo puede copiar una máquina, pero no por ello vas a negarte a probar cosas nuevas.
_NLN_ La siinopsis de tu novela que me pasaste es muy buena ¿Cómo va la publicación?
_María_ Aún no me han dicho que no.

Su risa espontánea y fresca me hace sonreír, es una luchadora nata, está nerviosa... impaciente por mover sus hilos. La conocí en persona el sábado pasado, a ella, a su marido y a su fantástico perro. Gracias, María, no cambies nunca.



Muchas Gracias, Nacho.