Bienvenidos a mi blog

viernes, 30 de marzo de 2007

Sábado... Cine...

*Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong.

* Conozco una canción de África, que habla de la jirafa y de la luna nueva africana descansando sobre su lomo, de los surcos en los campos de cultivo y de las caras sudorosas de los recolectores de café. ¿Acaso conoce África una canción que hable de mí? ¿Se agitará el aire sobre la llanura con un color que yo he llevado? ¿O tal vez los niños inventarán un juego en el cual figure mi nombre? ¿Formará la luna llena una sombra sobre la grava del camino que se parezca a mí? ¿O tal vez me buscarán las águilas de las Colinas de Ngong?

* Las despedidas producen una extraña sensación, hay en ellas algo de envidia, los hombres se van para poner a prueba su valor y si algo se pone a prueba es nuestra paciencia al prescindir de ellos o tal vez por lo bien que soportamos la soledad. Pero eso lo he sabido siempre, no hacía falta una guerra.


* Y cuando veo que no puedo seguir soportándolo, aguanto aún un momento más y entonces sé que puedo soportar cualquier cosa...


*Quiero oírte pronunciar mi nombre.

El sol...

...brilla para todos y en todas partes, pero algunos no ven más que sus sombras.

¡Buenos días!

jueves, 29 de marzo de 2007

Desde las nubes

Agujereo el destino desde las nubes
busco tu boca en las estrellas,
oculto mi alma entre las sombras.
Amo la vida
vivo la vida,
bebo la vida.
Pasión, siempre pasión...
ensordecida de razón.


María Narro.

Playas Accesibles

¿y eso que es?

esa pregunta viene de las profundidades de Mayfalda que quiere salir -¡todavía no!- porque usted, Sr. Shakespeare, lo vio de sobra en la pag 171 de Fotos de un Adiós.

Las playas accesibles son las que están preparadas para Todos. La mayoría de las personas que me leeís teneís hijos, ¿os acordaís de cuando ibaís a la playa con el carrito del niño? ¿cómo se incaban las ruedas en la arena?

Afortunadamente ya en éste 2007 hay por lo menos una playa accesible en cada playa del litoral mediterraneo (en España, fuera no sé), también en Canarias, en el País Vasco, Asturias. En Galicia no hay.
COCEMFE y Discapnet han elaborado unas guías, pero no están activas -no se encuentra página-.

¿Pero qué tienen éstas playas para ser accesibles?
No tienen obtáculos, no hay bordillos ni escaleras, un ancho 'pasillo' de madera te lleva hasta casi la orilla del agua. Hay duchas y servicios para sillas de ruedas...
Y existen las sillas anfibio.
Hace dos o tres años casi todos los ayuntamientos regalaron a la Cruz Roja un par de sillas de éstas, pero en algunos sitios no saben lo que son, ni nadie las pide y se dejan en una caseta cerrada a la orilla del mar. Eso es lo que pasó el año pasado en Águilas -Murcia-.

Hasta que llega una lista -¡Hola soy yo!- que se ha informado en internet de que en aquella playa también hay sillas anfibio.
Con esas sillas te meten dentro del agua, y luego si puedes te bajas y nadas, o te quedas en la silla.

Esto es un servicio que lo suele llevar la Cruz Roja, pero hay que pedirlo. Las sillas anfibios son solo para personas discapacitadas o mayores que necesiten ayuda para meterse al agua.
Mi consejo si quereís playa accesible es que busqueís información con tiempo, que nadie te cuente lo que quiera.

miércoles, 28 de marzo de 2007

Lloran flores

Los ojos lloran flores
cuando te pienso.
Sueñan emociones
ríen ilusiones,
el silencio estalla en mil colores.
La noche se convierte en día
la luna me despierta a besos,
ya no quiero que anochezca al alba
solo quiero dormir en tus sueños.
Vivo en un carrusel de locas pasiones,
escribo, en el lenguaje de los corazones.

-pag 75, Fotos de un Adiós-

El amor...

...puede transformar las cosas más abyectas y comunes y darles dignidad y gracia. El amor no se ve con los ojos del cuerpo sino con los del alma.... - Willian Shakespeare

-pag 1, Fotos de un Adiós-

martes, 27 de marzo de 2007

Blanca Flor y las siete escaleras

(2ª parte y final. Ejem... Enzo, la primera parte del cuento está en el post de abajo ;)

-No debes tenerme miedo, soy tu amigo y no me busques porque estoy dentro de tu imaginación.
-¿Mi imaginación? -preguntó Blanca Flor.
-Eso es, solo tú puedes oírme
-De eso nada, antes también te oyeron mis padres -replicó la niña.
-Bueno verás, eso tiene una fácil explicación. Antes tu pensabas exactamente lo mismo que yo...
- ¿Quieres decir que... como quieras que te llames... que ahora cada vez que coincida nuestro pensamiento lo vas a soltar? -chilló- ¿No puedo tener pensamientos privados? -Blanca Flor se volvía a enfadar- y ¿ me puedes decir con quien estoy hablando?
-No te enfades, intentaré no ser tan bocazas. ! Ah ! y soy Benito, el duendecito Benito.
-!!¿Qué?!! Debo estar soñando esto no puede ser verdad.
Pero lo era. Blanca Flor sabía, por los muchos cuentos que había leído, que los duendecitos eran los duendes más jóvenes e inexpertos. ¿Sería capaz de ayudarla a encontrar aquella palabra que quería haber buscado desde hace tanto tiempo? Exactamente desde que el Mago le habló de ella. !Sonaba tan bien! SOLIDARIDAD.
-Para eso estoy aquí -dijo Benito
-No sé si podré acostumbrarme a que leas mi pensamiento. Pero dime ¿sabes dónde está? -preguntó la niña esperanzada- El Mago me contó que el conoció un país en el que existía la solidaridad. Donde todos fuesen como fuesen tenían las mismas oportunidades..., bueno... derechos, eso es lo que dijo. ¿Sabes? no le entendí muy bien pero me dijo que si yo hubiese vivido allí podría salir de casa, ir a la escuela... -Blanca Flor se puso muy seria
-Lleva razón a mi también me hablaron de ese lugar -dijo el duendecito Benito- y lo que es más importante sé donde está la pócima llamada solidaridad. La misma bruja que hizo beber, a los habitantes de tu país, el brebaje del crecimiento exagerado, por equivocación inventó la pócima que necesitamos y todos al bebería se preocuparán y te facilitarán las cosas para que lleves una vida como la de cualquier niño.
-Suena bonito, duendecito Benito -dijo la niña- ¿Será eso posible ?
-!Claro! solo hay que coger la pócima. Pero hay un problema, tendrás que subir siete enormes escaleras y yo no te puedo ayudar.

El duendecito guió a la pequeña niña hasta el lugar. Blanca Flor se quedó de piedra cuando vio los enormes obstáculos, ni si quiera su mamá o su papá las podrían subir y ¿ahora qué? Solo siete escaleras la separaban de la SOLIDARIDAD.
-Debes pedir ayuda. - le dijo el duendecito.
Y eso hicieron. Fueron a buscar al Mago, quien muy seriamente le dijo después de haberla escuchado:
-Hace tiempo oí hablar de las siete escaleras y sólo ahí una forma de subirlas. Existe un pequeñísimo ascensor que solamente tú, con tu pequeño tamaño podrás usar, pero antes escúchame bien. El ascensor solamente funcionará si tú das parte de lo que estas buscando. No hace falta que me entiendas ahora, ya lo harás
.
Un poco intrigada la niña partió hacia donde se encontraban las enormes escaleras y el diminuto ascensor. A éste lo encontró debajo de unos matorrales. Estaba muy sucio, viejo, le faltaban la mitad de las piezas...
-!¿Pero cómo es posible que una persona tan sabia como el Mago diga que "esto" me subirá las escaleras?! -gritó enfadada la niña- Si está roto hasta cojea de un lado. Habrá que buscar otra solución, ¿no te parece? ¿duendecito Benito? ¿Benito, sigues ahí?
-Aquí estoy. Pero ¿por qué no dejas de chillar y piensas en lo que te han dicho? -le contestó muy enfadado.
Blanca Flor se asustó un poco al oír chillar al duendecito, porque ella chillaba mucho pero !qué la chillaran!
Se sentó en el suelo mirando al ascensor. "Está muy viejo -pensaba- y sucio pero... y ¿si funcionara? si pudiera... ¿Por qué no? Lo probaré".
Al entrar dentro del pequeño ascensor, éste se tambaleó un poco pero al apretar a su único botón, subió muy deprisa. Una vez allí la niña encontró no solo una pócima, sino tres.
Estaba la SOLIDARIDAD, otra llamada INTEGRACIÓN y la última llamada IGUALDAD. Blanca Flor las quiso coger todas, mas sólo podía con una.
-Coge la pócima que veníamos buscando. Aprendamos a ser solidarios, y después... quien sabe..., quizás no tengamos que venir a buscar las demás.
María Narro (es uno de mis primeros cuentos)

¿Quieres que te cuente un cuento?

Érase una vez un país de gigantes, donde todo era muy, muy grande. Según contaban los viejos del lugar, antiguamente, una malvada bruja les había hecho beber una pócima haciéndoles crecer desmesuradamente. Con el tiempo se trasmitió de padres a hijos, mas ya se habían acostumbrado a su gran tamaño y habían adaptado su país a sus necesidades.
Habían pasado así muchos años, siglos incluso, cuando ocurrió lo inexplicable: nació una niña de tamaño "normal". Primeramente se pensó que el efecto de la pócima había llegado a su fin, pero se equivocaron porque los siguientes niños en nacer, dentro del país, volvieron a ser gigantes. Así que a Blanca flor, nombre que le pusieron a la niña, le toco aprender a vivir en un país en el que todo era demasiado grande.
-!No es justo! Yo quiero ir al colegio -chillaba Blanca Flor- !ya tengo doce años! YO QUIERO IR AL COLE y os juro que como no me hagáis caso chillaré y chillaré y no pararé.
La niña, aunque pequeña, chillaba más alto que nadie.
-Pero cariño el director del colegio nos ha dicho que nada esta preparado a tu tamaño, ni siquiera llegarías al pupitre -decía la mama de Blanca Flor- Sería demasiado peligroso para ti, te podrían pisar... Es por tu bien que queremos que sigas en casa.
- !Ayyyyy Cómo me estoy cabreando! !No entiendo como siendo tan grandes se puede ser tan tontos! -se oyó decir en la habitación.
-¿BLANCA FLOR? ¿Qué has dicho? -preguntó su padre muy serio.
-Yo no he sido papá, de verdad -dijo la niña muy, pero que muy bajito.
Y ahí se quedó la discusión porque los papás de Blanca Flor se fueron a trabajar. Ella como siempre, volvió a quedarse sola en casa.
-Lo siento, no me pude callar. Acabo de llegar y jamás había escuchado semejante tontería.
La niña con los ojos abiertos como si se le fueran a salir de las órbitas, miraba asustada a su alrededor. El techo, el suelo, las ventanas. La televisión -pensó-. Corrió hacía ella. Apagada. La radio, apagada también. Por fin, echándole valor al asunto se atrevió a preguntar.
-¿Quien.... ha... hablado?

(éste cuento -Blanca Flor y las siete escaleras- es para todos, claro, pero en especial para mi sobrinito Noé que hoy cumple un añito. Aunque él no lo pueda entender su hermanito Txomin se lo explica porque es mayor y un fiera, tiene dos años y medio -los hijos de mi hermana- ¡Feliz cumpleaños Noé!.
Continuo en otro post)

Almas

aría Narro

lunes, 26 de marzo de 2007

Decálogo del escritor

-Primero. Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.
-Segundo. No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.
-Tercero. En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: “En literatura no hay nada escrito”.
-Cuarto. Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.
-Quinto. Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.
-Sexto. Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.
-Séptimo. No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
-Octavo. Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.
-Noveno. Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.
-Décimo. Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.
-Undécimo. No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.
-Duodécimo. Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el supermercado.

Autor: Augusto Monterroso

Nunca una noche...

... ha vencido al amanecer, y nunca un problema ha vencido a la esperanza". (Bern Williams)





¿empezamos?

¡Buenos días!

domingo, 25 de marzo de 2007

Yo también tuve...

diecisite años, pero no volvería hacia atrás ni loca.
Sería la peor de mis
pesadillasvolver a pasar por
todo lo que pasé,
aunque no sé lo que me ocurrira
en un futuro. Lo puedo imaginar
mas no quiero, no
debo o me volvería loca. Intento vivir el presente, hacer todo lo que tengo que hacer e intentar ser feliz. Hacer felices a los que me rodean, crecer como persona. Y hacerlo todo un poco mejor. Esa es la única meta de mi vida.

Me diagnosticaron una ataxia de Friedreich cuando tenía 13 años, con 42 me han publicado mi primer libro Fotos de un Adiós que es, entre otras muchas cosas, mi experiencia, todo lo que he pasado yo -equivocaciones y aciertos- por si a alguien le puedo ayudar, para que personas que tienen lo mismo que yo sepan que no están solas.
Pero a veces me siento a años luz de la gente que tiene lo que yo.
La otra noche me metí en el portal de Ataxias, aunque ya había tenido una confrontación de ídeas con su presidente -filosofías de vida completamente opuestas- y no queriendo más adjetivos NO se hizo una promoción del libro entre ellos, mas como decía la otra noche me metí a verlos.
Y no lo entiendo, no entiendo nada.

Pinché en Ataxia de Fiedreich, había un gran -por largo- artículo sobre lo que decir a un afectado y a su familia sobre la enfermedad. Bien. Pero después leo:
nosotros no somos solo o simplemente -no recuerdo bien- discapacitados sino enfermos discapacitados...

¡coño!

si es que esto no puede ser, ¿cómo a un adolescente que empieza con la enfermedad o a su familia se le puede decir: aprende a ser discapacitado, a vivir con tus limitaciones pero no te olvides de que eres una persona enferma?????
¡¡¡Por Dios y por la Virgen, cambiar el chip!!!

Se puede ser muy conscientes de lo que tenemos, cumplir nuestras obligaciones, Vivir y olvidarnos de la palabra enfermedad. Se puede.
Se puede porque yo lo hago y lo he hecho toda mi vida. Lo demostré en Fotos de un Adiós. (lo podeís leer si quereís) "Solo eres lo que sientas que eres"

Gracias Isabel por la foto. No estoy enfadada ni triste, pero intento que se me escuche y no me hace ni puñetero caso. O inteno cambiar el mundo y me falta el bigote ;)

¡Un caballo!

¡un caballo! ¡mi reino por un caballo!

Y el mío, Sr. Shakespeare, pero a ver donde lo meto !!!


Los caballos, mi pasión -o una de ellas-. Estas fotos son mías, sacadas en uno de los más bellos espectáculos ecuestres que he visto: Passionata andaluza.



Soy de las bobas que se emociona tanto al ver a un caballo bailar que, entre las sombras del coso -accesible ¡toma ya!-, se le escapa alguna lágrima. Y de las 'irrespetuosas' que después de deleitarse con los caballos una hora y media, y verlos rendidos y empujados con el látigo del domador para que vuelvan a saltar en el momento justo que sube la música, grita desde el público: ¡pero no ves que no puede más, so animal!




Pero es una maravilla, una auténtica maravilla.

sábado, 24 de marzo de 2007

Sábado... Cine...


*Pongo a Dios por testigo de que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡Pongo a Dios por testigo de que jamás volveré a pasar hambre!

*He aquí un soldado del Sur que te quiere, que quiere sentir tus abrazos, que desea llevarse el recuerdo de tus besos al campo de batalla. Nada importa que tú no me quieras. Eres una mujer que envía un soldado a la muerte con un bello recuerdo. Scarlett, bésame, bésame una vez..



*............si tú te vas, ¿qué será de mí?. ¿Qué haré sin ti?
"Francamente, querida, me importa un bledo.”

viernes, 23 de marzo de 2007

Esencia de amistad

Las gotas de lluvia resbalaban por el cristal de la habitación de Sendy. Un cuaderno y un bolígrafo sobre el pulcro escritorio. La cama deshecha. Una jovencita sentada en un rincón sintiendo el mayor infierno en sus entrañas...

Paloma era perfecta. Guapa, lista, divertida, su mejor amiga junto con Danny. Para gusto de los chicos, suerte para ella y “desgracia” para Sendy, Paloma estaba más desarrollada que ninguna de sus amigas. A sus escasos trece años podía presumir de un cuerpo de mujer y ¡ vaya si lo hacía! Pero eran tantos sus encantos como amiga que, si alguna vez Sendy sintió envidia de no poseer atributos parecidos, ésta fue demasiado débil y siempre sana; aunque no por ello las irresistibles ganas de estrangularla la semana pasada cuando río a carcajadas la graciada de Danny sobre sus redondas mandarinas, dejaron de ser reales.
( Fue Paloma la que hizo el comentario y Julito se río, pero éste es mi sueño y lo pinto como quiero >>>> esta nota no entra en el sueño pero la quiero leer cuando sea mayor)
Sendy conocía a Danny desde que llego a vivir al barrio. Desde entonces, o quizá desde antes de nacer, había estado enamorada de él; cautiva de su amor, esperando que alguna vez él sintiera algo más por ella que aquellas tortuosas ganas de tirarle de las trenzas, pasaban los años. Tardes de cine excitantes y divinas, en las que por casualidad, se sentaba a su lado; si al coger las palomitas que la muchacha sostenía en su regazo, rozaba su mano, Sendy sentía revolotear en su interior traviesas mariposas; parpadeaba una y mil veces buscando una pose seductora en espera del beso, pose que él no veía, mas alguna vez sí se dio cuenta de que estampaba las palomitas en el suelo al cruzar las piernas imitando a las secretarias del Un, dos, tres; el beso nunca llegaba.
Paloma y Sendy asistían a clase juntas, de vez en cuando Paloma iba con la pandilla al cine; pero ella ( Paloma, claro) había empezado a frecuentar discotecas, con su aspecto no le fue difícil aparentar más edad; así que, un buen día los coló a todos en una.
Aquello, a ojos de Sendy, parecía una nave espacial. Humo blanco, de colores, luces intermitentes... música estruendosa, tanta gente, tan grande... Sendy se protegió ante lo desconocido arrimándose a Danny. Éste, de la forma más natural la tomó de la mano. De repente todo se volvió azul, la música bajó y la nave espacial se quedó casi en penumbra. Algunas parejas salieron a la pista. Danny condujo a Sendy hacia allí. Ni por todo el oro del mundo podría recordar que canción bailaron, le pareció escuchar a Lennon con su Woman, no estaba segura. Pero nunca podría olvidar aquellos labios posándose en los suyos; Sendy había cerrado sus ojos como si intentara guardar muy dentro de si aquel tesoro. Siguió con ellos cerrados, apoyando ligeramente la cabeza en el hombro de él, intentando controlar el oleaje de nuevas sensaciones que desbordaron su alma durante lo que le pareció una breve eternidad. La música estruendosa volvió a sonar, y ella compartió la magia del momento con todos sus amigos.

... Y ahora, cuando se sabía poseedora de la quinta esencia del amor, la quinta esencia de la amistad... ¿Cómo se lo decía? ¿Cómo les decía a sus padres que se estaba muriendo? ¿Por qué se había levantado esa mañana con las braguitas llenas de sangre?. Solo hacia tres meses que había cumplido los trece años, demasiado joven para morir. Así lo había escrito en el cuaderno antes de sentarse en un rincón. -pag 32, Fotos de un Adiós-

Baloncesto...

A quien no le haya hecho vibrar nunca Gasol sencillamente no sabe lo que es la emoción, el superarse, el crecerse, el esfuerzo personal, o no le gusta el baloncesto. Muy respetable, pero no saben lo que se pierden. Yo empecé siendo seguidora de Fernando Martín... que esto no es de hoy.


Cuando cogí la silla de ruedas, hace 16 años, me enteré de que existía otra clase de baloncesto. Baloncesto en silla de ruedas. Yo no puedo practicarlo, pero sí morirme de emoción cuando veo un partido de estos. Con el doble de belleza que un partido "normal",
os lo recomiendo.


(por favor,

deja de intentar joderme el blog, te lo pido por favor)

jueves, 22 de marzo de 2007

Sentimientos

Un cosquilleo de miedo me sacude a veces, como si no quisiera ver nada, darme cuenta de nada.
Cambiar de año, un año más, me producía temor desde que entré en la treintena. Temor relegado a un tercer o cuarto plano, como siempre, pero temor. El futuro, mi futuro incierto... ¡Es dantesco ser tan consciente de que tengo una enfermedad degenerativa y sólo de mí depende olvidarlo!.
Tarea de Titanes.
Sé que la vida es en si degenerativa, que un día da paso a otro y otro, y otro menos que te queda por vivir; que nadie tiene un futuro asegurado.
Ahí me agarro.

Mirar hacia delante es vivir sin temor, decía una canción, pero tengo que obligarme a paladear sin prisa el presente, el hoy, el momento, el caper diem; y después que amanezca de nuevo vendrá otro hoy cargado de sensaciones. Sensaciones que llenan de vivos colores mi realidad. Realidad poblada de sueños. Sueños que huelen a pan recién hecho. Echo de menos poder andar, levantarme de ésta silla y salir corriendo. Corriendo despacio sobre el aire. Aire que barre tristezas. Tristezas salpicadas de Vida.



El semáforo se puso en rojo.
Mirando a los anónimos transeúntes que cruzan con prisa el paso de cebra el tiempo se escapa lentamente. Hace frío. ‘Unforgettable’ me traspasa las entrañas y subo el volumen del casett queriendo acariciar la melancolía que se esconde detrás de mis pupilas. Doce grados, treinta y cinco años. Juan habla con unos amigos que viajan con nosotros, yo me pierdo en las mareas de Nat King Cole. Apoyo mi cabeza en el cristal de la ventanilla. Un niño mofletudo, pelirrojo y con la cara llena de pecas me saca la lengua desde el coche que hay a nuestro lado. Giro la cabeza huyendo de su alegría de luz. Dos zapatos de negro charol brillante caminan solos por la acera. Punta tacón. Errantes, vagabundos, huérfanos. Una farola se enciende. Los zapatos suben un bordillo. Se paran. Me señalan y vuelvo mis ojos en busca del niño pelirrojo. Está comiendo regaliz y me enseña su lengua negra. Los zapatos me gritan que es a mí. Empiezan a moverse de nuevo y noto el juego de mis tobillos. Punta tacón. Camino difuminada hacia ellos mientras el día se apaga. Nadie los ve. Los zapatos entran con suavidad en mis pies desnudos y taconeo sin prisa por aceras vestidas de nubes. “No es un sueño, me pellizco y duele”. Golondrinas que emprenden el viaje lejos del invierno me saludan con sus maletas al pasar a mi lado. “¡ Estoy andando!”. Hago gestos exagerados para llamar la atención del niño mofletudo, pero él está embelesado chupando su regaliz. Punta tacón. “Siento galopar la sangre por mis piernas sin paso, había olvidado lo maravilloso que es caminar”. Un claxon suena. La gente se detiene. Los zapatos comienzan a apretar, me trituran los pies. Cole alarga su mano desde un coche que espera el cambio de color del semáforo. Me la ofrece. La tomo y el albor de la noche en clave de jazz besa mis dedos. Avanzo con ella. Punta tacón. La mano tira de mí mientras se oyen los últimos sones de su canción. Pierdo los zapatos, pero no me siento descalza ni miro atrás para buscarlos. Me acomodo en el asiento y observo con placer mis gastadas botas camperas. Alzo la cabeza retando con los ojos a un mundo que no tiene tiempo para sentir. Verde. Noto que se me ensancha el pecho. Sonrío y saco la lengua al niño mofletudo, pelirrojo y con la cara llena de pecas del coche de al lado. Juan acelera. Suenan los primeros compases de ‘Till the end of the years’. Tarareando la canción me adentro en la noche. -pag, 214, Fotos de un Adiós-

miércoles, 21 de marzo de 2007

No quiero adjetivos

No quiero adjetivos
que me hagan menos válida que nadie,
tampoco ensoñaciones
que disfracen realidades.

No quiero la compasión
que me hace diferente a tu corazón,
tampoco burdas quimeras
que anulen eternas barreras.

No quiero más favores,
ni que me llenen de falsas flores,
quiero equivocarme y fracasar
y luego,
volver a empezar.

me he cabreado al recordar la mala distribución que de mi libro Fotos de un Adiós ha hecho NOSTRUM. No lo han sacado de Guadalajara, tan solo se puede pedir en el fax y dirección que puse en Febrero, o comprar en lulu. Y eso, ponerlo a la venta en lulu, es lo único bueno que han hecho por mí.
Pero me siento mal, minusvalorada, porque aquí en Guadalajara -Spain- cada vez que llega a la librería se agota. Si no tuviera aceptación yo entendería ésta distribución, pero no por ponerlo a la venta en internet ya hemos cumplido. No, cojones. No todo el mundo sabe comprar en internet, no todo el mundo da datos bancarios a la red.
Pero es lo que hay, mas nunca sabre si fuera de mi ciudad hubiera gustado... porque no todo el mundo sabe usar internet, ni tiene visa.


La poesía de arriba pertenece a mi poemario 'Por la puerta de atrás'.

La brevedad...


...es el alma del ingenio, W. Shakespeare.


Pues eso, recreénse en el cuadro. Un minuto, respiren hondo...
bonita primavera ¿eh? ¡joer qué frío!
por cierto, no es un Sorolla pero es precioso ¿verdad?

¡Buenos días!

martes, 20 de marzo de 2007

¡Un mes!

Me llamo Shakespeare y yo, ya tengo un mes. Parezco mayor... pero es que engaño mucho. Nada es lo que parece ;)

-¿de dónde surge tu nombre?

a mi mamá le gusta mucho Shakespeare, es un tanto extraña, singular, más bien diferente. Shakes -pa' los amigos- la llevó de la mano en su libro Fotos de un Adiós y quiso que la acompañara también en la aventura de crear su blog.

-¿te hizo ella sola?

sí, aunque Alicia la aconsejó, pero no entendió nada. Es un tanto difusa, todavía no sabe traer música.

-¿y qué tal?

pues muy bien, me lee mucha gente. He conocido a Full, a Enzo, a yo soy yo pero no eres tú es Soy yo ;), ha venido Annia, Espejo, Yuyu, Elisa, Ana,Luci, Stu y su querida Isabel, Juan Garrido, Josefina. Mi mami está afianzando su amistad con Alicia. Y seguro, pero seguro, que cada vez lo va a hacer mejor y tal vez hasta consiga salvar alguna barrera en su lucha por la integración de la persona discapacitada. Aunque sea algo utópico, pero como yo no sé qué es eso, lo intento.

¿más preguntas?

nononono.

Daysí

por María Narro.

Miraba la silla como si no fuese suya, alguien vendría y se la llevaría. Eso me lo dijo cuando por fin quiso hablar conmigo. Bueno hablar, hablar casi no habla. Esta bloqueada, apagada, sin ilusión. Es normal lo sé, pero han pasado casi seis meses. Tan solo hace un mes que salió del hospital. Ahora es cuando verdaderamente esta asimilando que siempre va a ser diferente. Que no puede llevar su vida como antes, que tiene unas limitaciones y ha de aceptarlas. Lo sé.
Hoy ha venido de nuevo a la consulta .Todavía no se lo he dicho, he decidido no hacerlo. No sirve que yo le cuente, le diga, la obligue. No, tiene que salir de ella. La hago hablar puesto que yo me callo, me he cansado de interrogarla como si fuese un policía. Solo me ha contado cosas de su infancia. Que nunca le gusto llamarse Daysi porque se metían con ella por llamarse como la novia del pato Donald. Ha sonreído, está preciosa cuando lo hace y se lo he dicho. Se ha olvidado de que es atractiva. Antes, me ha contado que ligaba mucho y ahora... ¿qué?.... ¿qué?
Ha golpeado la mesa con los puños cerrados, creí que iba a llorar pero no lo ha hecho. Dice que no le quedan lágrimas. Mañana volverá.
Nada más entrar en mi despacho hoy le he preguntado:
-¿Qué es lo que más te duele?
Ha estado callada unos segundos y me ha dicho:
-No ser como los demás. En el hospital fue más fácil, allí todos iban en silla de ruedas, no había escaleras... En casa... mi madre siempre esta llorando, me tienen que subir las escaleras en brazos.
-Y ¿tus amigos?
-¿Mis amigos? parece que en vez de haberme quedado parapléjica tengo la lepra. Están incómodos conmigo ya no soy como ellos, soy diferente soy...¿Por qué me ha tenido que pasar esto a mí? ¿Por qué?...¿Por qué a mí?
Ha llorado un buen rato. Cuando por fin se ha calmado la he dicho:
-Sabes que no tienes que ser como los demás, quizás tus amigos se te han quedado pequeños, pero tú y solo tú tienes que crecer para poder afrontar tu nueva situación, pero para ello es básico que aprendas a quererte. !Oye! ¿te gustaría jugar un partido
de baloncesto con unos amigos?
-Pero yo...no puedo andar.
-Yo tampoco, Daysi.

lunes, 19 de marzo de 2007

¡Qué difícil es vivir!

A veces creo
que me estoy ganando el cielo,
a veces...
a veces...
Viviendo entre prejuicios
clavados en el aire,
luchando con palabras
estancadas en el alma.

A veces sé
que no estoy sola,
a veces...
Cuando el sol brilla
en mi piel,
cuando tengo tus caricias
al atardecer,
cuando tu barca viene hacia mí.
A veces...
a veces...

Pero otras veces siento
que no puedo más
mientras sudo sangre al respirar,
cuando tengo que olvidar
las ganas de llorar.

'Por la puerta de atrás' María Narro

(tremendamente difícil, y ésta semana lo va a ser más)

Buscadores de sensaciones

El llanto de una trompeta rasgaba la noche...

Viola miraba intranquila a través del retrovisor el humo cada vez más negro que salía por el tubo de escape de su pequeño utilitario. “iVenga campeón! no me dejes tirada en medio de este vacío polígono industrial”. Pero cinco minutos después, el motor se paró. Cuando algo va mal, todo va mal. La batería del móvil se había agotado, su túnica y sandalias no eran lo más adecuado para caminar hasta su casa en aquella noche helada el casi kilómetro que faltaba, y aunque se apretaba y envolvía en su cálido abrigo empezaba a tiritar. Largas horas interpretando a la Virgen María en el belén viviente del Ayuntamiento, le habían hecho sentir un simulacro de día feliz; descartando las sonrisas hipócritas de los buenos samaritanos, la estúpida sociedad que durante esos días disfraza su tez con una postiza sonrisa; centrándose sólo en la sinceridad y pureza de los corazones infantiles. Por poco entra en la temida Navidad a golpe de ternura convertida en una niña virgen, y sin embargo, ahora todo se había vuelto del revés. “iiiMaldito coche!!!... allí hay un letrero, parece un bar...”.

Nano, como cada noche cuando se iba el último cliente de su garito, vivía su cita, su noche, su entrega particular con el duende de la música; su musa para vivir, el único alimento de un buscador de sensaciones : el Jazz. Acariciaba su trompeta en la oscuridad de un angosto escenario improvisado, exhalando quebradas notas de pasión, ahogando sueños imposibles, creando voluptuosidades en los silencios del alma. El saxo en su eterno diálogo con la trompeta de Nano, allá en algún recóndito lugar de su ser, no dejaba de gemir.

Si la magia se puede tocar, eso es lo que sintió Viola cuando abriendo la puerta del local quedó extasiada contemplando la escena. Torpemente, sabiéndose interruptora de la fotografía más intima, pregunto si podía usar el teléfono. Nano asintió y señalándole donde estaba volvió a la intimidad de su música.

Viola, hechizada e hipnotizada por sugerentes notas que derramaban caricias, se olvido del teléfono en el mismo instante en el que el tono de llamada intento alejarla de la sinfonía desgarradora de la trompeta. Girándose hacia el escenario, y embelesada por algo que apenas veía se sentó en un taburete alto al lado de la barra, encendió un cigarrillo y cruzando sus largas piernas observó en silencio a Nano con su trompeta.

Cuando los ojos de Viola y Nano se cruzaron no pudieron despegarse. Todo se detuvo. El tiempo, el aire, la luna, el sol. Como dos ciegos hambrientos de sueños, a tientas, caminaron uno por la vida del otro durante años, minutos y segundos. Viola bajó sus ojos, los cerró y apretó, la intensa ola de sensaciones anheladas que la recorría la turbaba...

Una trompeta volvió a sonar y acompañó el misterio de aquella noche. El misterio o el embrujo del Jazz, eterna lágrima de luz.

María Narro.

¡Felicidades papá!

Felicidades a todos los papis, a todas las Pepis, a todos los pipis... ¿? sí por qué no, y a todos los Pepes menos a dos -al que... no viene a cuento, y al del bigote, pequeño y mentiroso, que ayer estaba en Australia-.

Felicidades papá.

domingo, 18 de marzo de 2007

Y las rosas...

Y las rosas se empinaron para besar el cielo,
y sus tallos traspasaron la luz.
Intenté hacer poesía
pero la Poesía se escurría entre los dedos de mis manos,
como mi vida
Y las rosas se empinaron para besar el cielo...
Quise cantar alegría
pero la alegría se diluía entre los recodos de mi ser,
como mis sueños.
Y las rosas se empinaron para besar...
Decidí apagar tristezas
pero la tristeza se encendía entre las tinieblas de mis ojos,
como mis lágrimas.
Y las rosas se empinaron...
Conseguí salvar esperanzas
pero la esperanza se perdía entre los mares de mis entrañas,
como mi corazón.
Y las rosas...
Entonces fue,
que añoré pintar la ilusión
sobre un lienzo de vida que se escurría,
unos sueños que se diluían,
unas lágrimas que se encendían,
y un corazón que se perdía.
Y empecé a abrir los ojos del alma
y sólo vi lagunas de clara oscuridad.
Pero allí...
más allá de los sentidos,
mucho más allá de las palabras...
las rosas se empinaban para besar el cielo
y sus tallos traspasaban la luz.

-pag 164, Fotos de un Adiós-

sábado, 17 de marzo de 2007

¿una sonrisa?

Se encuentra la tropa descansando,
el sargento decide hacer una prueba a los soldados
y pregunta:
- ¿Cuánto es 4 x 8?
El soldado Gómez responde con voz fuerte y clara:
- 48 mi sargento!
El sargento responde:
- ¡Así me gusta! ¡Bruto pero enérgico!

viernes, 16 de marzo de 2007

Una música

Una música,
aquel beso
aquellos labios.
Un sueño, una pasión,
una ilusión,
que vuela, crece
y me mece.
En otro mundo, en otro lugar
en mi lugar.
En otra vida,
una música, una lágrima,
el mayor beso.
-pag 99, Fotos de un Adiós-

¡Buenos días!

Pincha sobre la foto...

despacio que te arreo ;),
o a lo mejor funciona sin pinchar.
¡Sorpresa!
para mí la primera.
¿un café?

Por Yeremi, seguro que le vamos a encontrar. Un abrazo a todos mis amigos canarios.

jueves, 15 de marzo de 2007

¡Qué iba hacer yo sin ti!

-Lo malo de los reportajes es que uno tiene que contestarle en el momento a un periodista todo lo que no supo contestarse a sí mismo en toda la vida... Y encima pretenden que uno quede como inteligente.
-No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta...
-Todos creemos en el país, lo que no se sabe es si a esta altura el país cree en nosotros.
-En éste mundo cada quién tiene su pequeña o gran preocupación.
-¡Sonamos muchachos! ¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno!

-Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre.
-¡La sopa es a la niñez lo que el comunismo es a la democracia!
-¿No será acaso que ésta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?
-Si lloras por haber perdido el Sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas. (leído de un libro)

-¿Y por qué habiendo mundos más evolucionados yo tenía que nacer en éste?
-Cada Ministerio con su mini-histeria.
-Hoy entré al mundo por la puerta trasera.
-Lo peor es que el empeoramiento empieza a empeorar.
-Siempre es tarde cuando la dicha es mala.
-En todas partes cuecen habas, pero nadie se anima a estrangular al maitre.
-El mundo esta malo, le duele el Asia.
-Tenemos hombres de principios, lástima que nunca los dejen pasar del principio.

-Cuando sea grande voy a trabajar de intérprete en la ONU y cuando un delegado le diga a otro que su país es un asco yo voy a traducir que su país es un encanto y, claro, nadie podrá pelearse ¡y se acabarán los líos y las guerras y el mundo estará a salvo!
-Y estos derechos... a respetarlos, ¿eh? ¡No vaya a pasar como con los diez mandamientos!

-La cosa es tomar lo artificial con naturalidad.

-No es que no haya bondad, lo que pasa es que está de incógnito.

Para los que aman

...
El tiempo es muy lento para los que esperan,
muy rápido para los que tienen miedo,
muy largo para los que se lamentan,
muy corto para los que festejan.
Pero, para los que aman,
el tiempo es eternidad.

Willian Sakespeare
Inmaculada... duerme.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Verdades... (continuación y final)

El nuevo día la sorprendió escribiendo. No había dormido nada y no tenía sueño, pero paró a tomarse un café. Mientras lo saboreaba se acercó a la ventana, recorrió la elegante cortina y la abrió de par en par.
”No hay duda, si existe el cielo estoy en él” pensó Elisa aspirando, muy lentamente, el frescor de la mañana. Se acodó en la ventana y sus ojos se fijaron en una niña pelirroja que caminaba tras una mujer que la llevaba cogida de la mano. Cada una llevaba un ritmo y la escritora temió, no sin sonreír, que la niña acabaría perdiendo el brazo o volando si quería andar tan deprisa como su madre.
¿Su madre?
-!Me costó tanto caminar al ritmo de la mía! -le dijo a la paloma que se había posado en el alféizar.
Mordiéndose el labio inferior volvió al escritorio.


...En sus largas conversaciones con Senmut, el arquitecto de su templo mortuorio y mayordomo, la reina faraón intentaba hacerle dudar de que Amón se opusiera a que ella disfrutara con una mujer. Pero el mayordomo se mantenía firme diciendo que él sólo se atenía a los hechos.
Y los hechos eran que el primer templo se había derrumbado como castigo de Amón. Hatshepsut, entonces, decía que algo no cuadraba porque otras veces hubo mujeres en sus orgías y nunca pasó nada. Y su fiel Senmut arrodillándose a sus pies y besándole las rodillas, susurraba:
-Ninguna de ellas fue una simple esclava, mi reina...


De nuevo sentada a orillas del Nilo, Elisa pensaba en su cercana boda. Le quería de verdad, pero... ¿era aquel sentimiento suficiente para atarse a una sola persona de por vida? ¿Había dejado la puerta abierta a todas las experiencias, o el hacer siempre lo que esperaban de ella había cerrado alguna? ¿Todos seguirían estando orgullosos de ella si aplazara la boda?...
El bolígrafo empezó a temblar.
¿O era su mano?
Le pasaba siempre que se sentía insegura, cuando necesitaba la aprobación de los demás.
-¡Mierda!, tengo que seguir escribiendo, esto es lo único que importa.
No quería pensar en nada que no fuese su trabajo.
Tampoco en la persona que más había hecho por ella desde que le editara su primera novela, Elena.


...A la reina faraón sólo le quedaba soñar con su muerte y añorar la reencarnación, pero ni aún eso le permitía Senmut. Sospechando, el celoso mayordomo, que los pensamientos de Hatshepsut volvían a Jefitiry, se hizo traer la más vasta biblioteca del antiguo Egipto. Después de examinar cientos de pergaminos en busca de la solución que hiciera feliz a su reina, encontró el libro que les podría ayudar a todos.
Mas, moviendo negativamente la cabeza y mirándola con pesadumbre le dijo:
-No hay nada que hacer, majestad, en este libro santo lo pone bien claro: Jamás se ofenderá a Amón gozando sexualmente -leía alternando su mirada entre los jeroglíficos y la angustiada mujer- pero Egipto llegaría a su fin sabiendo que su faraón, aún después de muerto, pudiera disfrutar de los favores carnales de una esclava.
Hatshepsut tardaría años en averiguar que Senmut nunca supo leer...


Cerró el cuaderno y se tumbó sobre la hierba en busca del sol. El cielo seguía turbio pero la luz iba ganando la batalla. Abrió sus brazos y cerró los ojos. La satisfacción que recorría cada poro de su piel al darse cuenta que había acabado una novela, no se podía comparar con nada. Con nada. Aunque aún faltaran correcciones y un mes muy largo de trabajo, aquello estaba acabado. Terminado.
Abrió los ojos de repente... ¿por qué aquellas cosquillas de inquietud cuando ya no había vida que crear y tenía que vivir la suya propia?.
No siempre fue así. Antes de morir su madre nunca le pasaba eso. Ella solucionaba cualquier incidente por nimio que fuera, la llevaba de la mano, o le daba todo hecho, como decía su padre. ¡Hasta encontró, para su adorada hijita, al novio perfecto!. Y en verdad lo era. Demasiado perfecto. Elisa sólo se dedicaba a escribir, a crear otras vidas, a desenterrar pasados y futuros ensoñados, y a investigar.
Aquella había sido la única forma de caminar al ritmo de su madre, y había costado mucho llegar allí. Luego, acostumbrarse y comenzar a sentirse cómoda fue demasiado sencillo, porque escribir le daba la vida.
Arrancó una margarita y se la acercó a la nariz cerrando de nuevo los ojos. El sentir el olor de su madre mientras la abrazaba la hizo sonreír. La echaba de menos. Había sido todo para ella. Su espejo, su modelo, su amiga...
-”¡Pero no te dejo vivir, al menos tu propia vida! esa es la verdad”
Maldita conciencia, siempre tiene que hablar cuando no se la quiere escuchar.
La escritora suspiró hondamente antes de recoger su cuaderno y encaminarse al coche. Había decidido que hacía un tiempo espléndido para coger uno de esos barcos que paseaban turistas, no imaginaba nada mejor que dejarse mecer por las aguas del Nilo.
Quizá los espíritus sumergidos en sus profundidades le explicaran por qué había gozado tanto escribiendo una historia de amor entre mujeres, justo antes de su boda.
Y... tal vez, ella los quisiera escuchar.

Verdades sumergidas

por María Narro.

Apoyaba el cuaderno en las rodillas mientras, mordisqueando la capucha del bolígrafo, dejaba vagar sus ojos verdes sobre las aguas de ese misterioso Nilo. Ese misterioso Nilo cargado de historia, de leyendas que pueblan sus profundidades. De pirámides de sueños sumergidas y dioses de fuego que nadie pudo olvidar; de voces perdidas y apresadas en el pasado.
Se colocó el pelo detrás de la oreja izquierda y continuó escribiendo.


...El templo mortuorio se había derrumbado.
Los sirvientes corrían despavoridos por los pasillos del palacio gritando que había sido un castigo de Amón. Pero nadie sabía el porqué. Sólo una mujer, que miraba a su pueblo desde lo alto de la atalaya que los dioses le habían asignado cuando niña, sospechaba el motivo.
Sólo una mujer, Hatshepsut, la reina faraón...


Elisa se levantó de la hierba al notar las primeras gotas de lluvia. Cerró el cuaderno y echó a correr hacia el auto. Condujo hasta Luxor, antigua ciudad de Tebas que bautizara Homero como la de las cien puertas, imbuida en aquello que denominan los antropólogos como “numun”, una especie de poder espiritual que apenas la había abandonado desde que llegó a Egipto.
Era allí donde iba a acabar su novela, era allí donde estaba en permanente conexión con los fantasmas de la más gloriosa civilización del mundo Antiguo, era allí donde encontraría fuerza para enfrentarse a su vida.


...La reina faraón no podía dejar de pensar que no había nada malo en el cuerpo de una mujer desnuda, en sus senos rebosantes de lascivia, ni en la estrecha cintura que descendía al paraíso. Su dios, su padre, Amón nunca se podría sentir ofendido por algo así. Pero la verdad era que ahora ya lo dudada y ella no se podía permitir dudar, como no podía permitir que la tierra temblara, ni que los cimientos de su Imperio se tambalearan. Por lo que mandó reunir con premura a cuatro de sus mejores amantes. Después de tenerlos desnudos ante sí, se deleitó en recorrer con lentitud la piel de los jóvenes sementales con la lengua.
El deseo siseaba entre sus vísceras como la más repelente serpiente...


-Lo siento, cariño,....., yo también te echo de menos, pero no podré regresar antes de un mes,...., no seas egoísta, de sobra sabes lo que este viaje significa para mí, ....., claro que me quiero casar contigo,... Es mejor que cuelgue tengo que bajar a cenar, mañana te llamo.
La escritora apuraba su gin-tonic sentada en un alto y solitario taburete del bar de un afamado hotel del Cairo. Se enfrentaba a otra larga noche sin sueño. Dejó un billete sobre la barra y volvió a su habitación, tenía un compromiso que cumplir.
Su editora esperaba un desenlace.


...A la noche con sus jóvenes amantes siguieron días de sol, Amón estaba contento. El templo se volvería a construir, se le honraría con el sacrificio de los mejores animales, y él olvidaría. Hatshepsut, no. Recorría el palacio como alma en pena.
¡La belleza estaba tan cerca!
Visitaba la obra de su nuevo templo, vigilaba sus expediciones, disfrutaba en sus largas horas de sexo. Y mientras, Jefitiry vivía encadenada, alimentada a pan y agua. Pero la reina faraón no sabía que su mayordomo había mandado que se la azotara desde aquella noche en que las sorprendió juntas, y al día siguiente se derrumbó el templo.
No sabía que quería robarle la sensual lujuria que la envolvía a latigazos...


(continua en otro post, el día se ha complicado...)