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miércoles, 20 de octubre de 2010

La poesía muere...

...(...) Nunca olvides que la poesía muere cuando hay violencia.

Esa frase fue como si le pegara un puñetazo.
Se quedó muy serio, a mil kilómetros de repente aunque sintiera su aliento en mi mejilla. Se acercó a la ventana y encendió un cigarrillo evitando mirarme. Qué he dicho iba a preguntar, pero él se me adelantó:
-¿Dónde has oído eso?
-¿Eso? –pregunté sin saber a qué se refería.
-Lo de la poesía y la violencia –dijo mirando a través de los cristales la fría noche alemana.
-Pues no lo sé... se me acaba de ocurrir, o quizá lo lleve dentro desde que estudié a Lorca –le dije poniéndome a su lado.
-Ismael siempre me lo decía en sus cartas... la poesía muere cuando hay violencia, los poetas seguimos dando guerra, Roberto, pero la poesía muere cuando hay violencia... recibí una carta suya cada quince días desde (...)


¿Cómo vives tú la guerra civil española en aquella época? porque los hechos son históricos, pero los personajes y sus acciones no.
Bueno... a mí nunca nadie me habló de la guerra, en mi casa no hubo bandos aunque nací en un cuartel... ...fui varias veces a Sigüenza, Pelegrina y La Cabrera -que es el pueblo que inspira la novela- y... sigue leyendo.

si quieres claro ;)

lunes, 18 de octubre de 2010

¿Algo está cambiando?


La otra mañana me desperté con la noticia del flamante premio planeta. El exitoso escritor Eduardo Mendoza con su ‘Riña de Gatos. Madrid 1936’ gana está vez. (véase que siempre gana alguien comercial)
‘Inés y la alegría’ de Almudena Grandes se está convirtiendo en el bets seller actual.
La guerra civil española no es el tema principal de las novelas, pero el trasfondo importantísimo SÍ. Como Las palabras del viento de María Narro.

Biennnn, me dije mientras hacía largos en la piscina, es que quizá vamos a dejar de escribir sobre vampiros... o mi novela ha dejado de oler a “alcanfor”.
O, por fin, alguien se ha dado cuenta de que TODOS queremos saber lo que realmente ocurrió antes, durante y después de...
Porque hay demasiadas historias silenciadas, porque mirar hacia atrás no es rencor sino historia, porque sólo de los errores se aprende... y todos somos humanos.

De momento la novela ‘El hombre que mató a Durruti’ del escritor Pedro de Paz se reedita al mes que viene, y más... que seguramente no sabré; conmigo no sé que pasará. Según mi prologuista Paco Huelva “y con ésta gente déjate de coñas y haz lo que te digan”
Jajajajaja me conoce y sabe que soy protestona.

Se empiezan a abrir más puertas y estoy asustada/contenta ¿Y si no soy buena?, como le pregunté a Bruno.
¿Habéis visto alguna vez a un perro celoso? Si mi marido me da la mano o me abraza se cuela entre los dos, me parto de risa con él.

Viviendo éste otoño literario soy feliz.


miércoles, 13 de octubre de 2010

viernes, 8 de octubre de 2010

¿Despegando?


Pues no lo sé aún... pero que una agencia como la de Carmen Bacells me pida mi novela ya es un triunfo.


Desde que cambié la propuesta literaria –hace 15 días- no me ha rechazado nadie; fui consciente de que a las editoriales y agencias les interesa ver cómo eres capaz de meter al lector en tu historia, cómo echas el gancho para que siga pasando páginas. Hay que mandar el primer capítulo, siempre. Y eso hice.

De todas formas es que no entiendo muy bien a quien me dice que Las palabras del viento no es comercial sin leerla... ¿tampoco saben lo que es un estudio de mercado?
¿de qué va Inés y la alegría? ¿similar, no? ¿o para mí horrible casualidad?
Claro que Almudena Grandes es Almudena Grandes, y María Narro una perfecta desconocida.

Sea como fuere, al ver anoche en televisión a Carmen Bacells supe que tengo que seguir creyendo en mí y sobre todo escribiendo. Y en eso estaba, rodada de leyendas, egipcios y ordenadores, cuando ayer...

Me estoy dejando enamorar por mi nueva novela, porque sé que puedo hacerlo mucho mejor.

viernes, 1 de octubre de 2010

Y te amaré...


Hay días en los que duele vivir... y duele tanto que tienes que pensar en otra cosa.
Algunos sabéis que necesito la rehabilitación física para poder vivir, acudo al gimnasio y a la piscina... ¿alguna vez me podré acostumbrar a ver a mis compañeros empeorar? ¿a ver cómo la enfermedad se come su cuerpo y sobre todo su mente?
Ésta mañana, en el gimnasio, he acabado gritando al marido de una compañera que ha empeorado mucho, él dice dice –no para de hablar-, nadie le traga y todos nos callamos. Dice que su mujer se pone bruta y no le da la gana hacer esto y esto... ¡Por favor, no se da cuenta, no lo hace aposta!, le he gritado después de estar una hora animando a su mujer.
Luego ha venido Luís y...

He cerrado ventanas y me he ido a la otra punta a trabajar porque yo no puedo salvar el mundo; he repasado mentalmente todas las canciones de cuando era pequeña para no ponerme a llorar, y cuando casi me pongo a cantar la canción de la abeja Maya en voz alta, he aterrizado por fin en mi nueva novela.
He vuelto a escribir mi novela del viaje virtual por el antiguo Egipto, las cosas me van bien aunque tenga que esperar, le quiero y me quiere –intentaba agarrarme a ti y no podía-; mañana necesito dar un paseo largo con mi perro por el campo.