Bienvenidos a mi blog

lunes, 30 de agosto de 2010

Pretty... o ¡venga ya!


Una mujer guapa es tonta... si encima eres ‘especial’ ni te cuento.
¿Qué me va a contar que yo no sepa? ¡qué pereza leer a alguien tan nuevo y ‘sin garantías’!
Si me salto esto y ‘juzgo’ ya, mejor ¡no se va a dar cuenta!
Tu novela no es comercial... ¿pero la has leído? NO, pero no es comercial y punto.
Y los semidioses y...

Y tu miras la jungla con ojos de perrillo abandonado y dices pero ¿esto qué es? Cuando todo es mucho más fácil de lo que parece porque a nadie le importa dónde me ha conducido la muerte de mi gata después de veinte años conmigo, ni la putada de órdago de ‘mis amigos’ y los celos de mierda, ni mi situación personal...
No, la cosa es más fácil. Puse todo el alma y mis cinco sentidos en escribir Las palabras del viento... sé lo que hice, no dejé ningún cabo suelto ni trama por resolver; no soy idiota.
¿Gusta la novela? Bien ¿alguien repara en mí? Bien, y si no pues hasta luego...

No me rindo, pero estoy cansada de esperar; hay muchos caminos y proyectos, literatura nada más. Y esto no tiene nada que ver con la literatura y ya no disfruto. Quiero reírme y pasarlo bien, dejarme sorprender de nuevo por la espontaneidad de mis personajes, y olvidarme de editoriales/opiniones.

lunes, 23 de agosto de 2010

Debajo un botón, ton, ton...


... del señor Martín, tin, tin
Había un ratón, ton ton
Muy muy chiquitín, tin tin

Tan tan chiquitín, tin, tin
Era aquel ratón, ton, ton
Que encontró Martín, tin, tin
Debajo un botón, ton, ton... (...)

Quizá porque presiento que pronto ocurrirá algo con mi novela Las palabras del viento, o porque empiezo a abrir la puerta a los concursos literarios, o porque alguien creerá en mí... hoy, una de las escenas más tiernas de la novela, me da fuerzas.

miércoles, 18 de agosto de 2010

¿A qué huele el tesón?

A constancia, lucha, fuerza, a no rendirse.

No sobrevivo milagrosamente... como me dijiste, me lo curro a base de natación y gimnasia desde hace muchos años; pero hay más gente como yo... entérate antes de vomitar el segundo email que me mandaste porque puedes hacer mucho daño.
¿Sabes qué es esto...


sabes qué es esto aparte de una mujer despeinada?
Una mujer que acaba de concluir sus vacaciones, su trabajo en la piscina y en la playa, algo que la ayuda a mantenerse con el apoyo de su marido... y de su perro ;). Una mujer como tú... o mejor que tú, ya no me cabe la menor duda. (he hecho un reportaje fotográfico del ejercicio en la piscina con fines médicos, pero todavía no sé lo que haré con él depende de mi fisioterapeuta. Os pongo sólo dos fotos al final del slide)

¿Sabes por qué escribí ‘Fotos de un Adiós’? quería demostrar que las personas que vivimos con mi enfermedad no somos bichos raros, pero sobre todo quería demostrármelo a mí misma; y quería ayudar a personas que tienen lo que yo, decirles que no están solos... y eso al menos lo conseguí. Tú lo leíste y creo que quedó claro que huyo de la compasión, de que me tengan lastima... así que aquí te quedas.

Esto era una carta abierta a alguien que piensa que utilizo mi blog para escribir mis miserias, que piensa que reclamo atención diciendo lo que tengo; alguien que confundió la crítica literaria de mi novela ‘Las palabras del viento’ con mi situación personal, y no tiene nada que ver, pero nada.
Su crítica no fue mala, aunque utilizara sólo un día para leer la novela y opinara sobre mi trabajo de meses sin darse cuenta de cosas importantes. Son prejuicios, y al darme cuenta de que a los demás los lee con tiempo y porque ya era mucha la mala suerte que tenía: lloré. Y se lo dije, y pagó su mala racha conmigo... o me mostró el lado más oscuro del mundo sobre ‘mis miserias’.
Esto era una carta abierta... a nadie ya.

Cuando nos ahogan las prisas y no hay comunicación ocurren estas y peores cosas, pero la comunicación ha de ser fluida, entre dos. Por eso amo la comunicación e intento ser escritora mientras espero a que llegue mi momento.

María Narro.


martes, 17 de agosto de 2010

Con sabor a mar...

¡ya he vuelto!
con demasiado que decir, demasiado que hacer... con las pilas muy cargadas. Y con unas ganas tremendas de leerle 'la cartilla' a alguien que se pasó cuatro pueblos conmigo; por elegancia o discreción me callé, y porque en caliente se dicen muchas tonterias aunque me tocara ver como le diste la vuelta a la tortilla utilizando eso que dijo el señor Reverte de que a las criticas sinceras las apartaremos...

¡ay señor, qué paciencia!

Tú no criticaste Las palabras del viento sino a mí...

pero ya contaré porque yo no sobrevivo milagrosamente a nada.