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lunes, 29 de marzo de 2010

Porque una y una son dos


Anoche me despertó la luna
su luz golpeaba mi nombre a través de la ventana,
la oscuridad se llenaba de flores traspasando el alba,
te quiero tanto que no me importa que no me quieras tú.

Acaricié su magia y rocé tus labios,
adormecí recelos y soñé tus ojos,
destrocé lamentos y robé tus sueños,
te quiero tanto... soñar que he dejado de quererte

sería como imaginar que ya no me quieras tú.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Un quijote sobre ruedas

-No desfallezcáis, mi señor don Quijote, mirad que los caminos están llenos de sueños robados y presto ha de liberarlos.
-Dices bien, amigo Sancho, que no es menester de un caballero andante quejarse por luchar contra gigantes que prohíben integraciones y mismas oportunidades, ni aun cuando lo haga desde una silla con ruedas. En verdad te digo que el Sabio “Festino” hace la senda difícil, llena de cobardes desilusiones convertidas en peldaños y viles promesas incumplidas disfrazadas de mentiras, ¡mas, ea! prepárame la armadura que he de entrar de nuevo en batalla.
-Mire vuestra merced, que hoy puede ser el día en el que alguien quisiera caminar con sus zapatos un rato...

-Bien parece que no estás cursado en esto de la aventura del vivir -dijo Esteban hablando de nuevo al espejo-. Algunos, quizás yo, nos sentimos hastiados de Estar cuando en verdad queremos Ser. Como loco voy por esos mundos tras una accesibilidad que el Sabio “Festino” ha convertido en utopía, mas todos caminan ya con orejeras cuán rocín bajo tus posaderas, y a nadie le importa lo que le ocurra al otro. La vida camina deprisa, y aunque me canso y tropiezo más de lo que me gustaría en la desazón, amigo Sancho, sigo luchando porque la vida es la batalla más hermosa que pueda existir. Y he de ganar por absurdas e iguales que sean siempre esas batallas, y si no ganar, por lo menos Vivir.
-¡Cobarde de mí! Perdóneme vuestra merced, pensaba que seguía a un loco.
-Quién sabe si no es así, hermano. Quién sabe si alguna vez lograré vivir sin tener que vestir la realidad con los mejores calzones de la locura para que se haga soportable.

-Complacido me quedaría yo sin ínsula, mi señor don Quijote, si el Sabio “Festino” tuviera a bien quitar pedruscos de su camino.
-No te preocupes, amigo Sancho, y recuerda que no es menester de caballeros andantes quejarse ni aun cuando lleven ruedas. ¡Más ea! olvidemos ésta plática y empieza a dar brillo a esa armadura

martes, 23 de marzo de 2010

Lluvia de fuego


Sueños mojados de vida
almas rasgadas de celos,
llueven flores desde el cielo
aromas de un te quiero sin remedio.

Vida mojada de sueños resbalando por mis dedos,
vida desnuda de lunas dibujando mi sonrisa
cierro los ojos y me acaricias con tu aliento,
me arropas con tus besos despejando el horizonte
grita la lluvia de deseo...
de ganas de sentir
de ganas de Vivir.

Lluvia de flores, de sueños, de vida
de fuerza, deseo, añoranza...
lluvia de fuego.

jueves, 18 de marzo de 2010

Prólogo de Las palabras del viento

No se es escritor por decir ciertas cosas,
sino por decirlas de cierta manera.
Jean Paul Sartre

Podría pensarse que sobre la guerra civil española está todo dicho. Que cualquier intento de ahondar en dicha materia se encontrará con un material poliédrico que ha sido moldeado en infinidad de formas, sesgado según tal o cual ideología o cortado por la mirada de grupos fácticos -que aún subsisten- que intentan mantener izada las banderas que ondearon en uno u otro bando, en ese trienio fatídico que conmocionó a los habitantes de España.
Pero no es cierto. Ningún tema se agota y menos para la narrativa. La guerra civil española, como todas, son y seguirán siendo fuentes inagotables para el creador. Delatan el fracaso de la sociedad para resolver los problemas sin necesidad de llegar al enfrentamiento, a la tragedia, al horror desbocado sin posibilidad alguna de control.

La escritora María Narro con su novela Las palabras del viento es un vivo ejemplo de lo que digo. Decía Carlos Barral en un texto denominado Poesía no es comunicación, publicado en el número 23 de Laye “que la poesía es ante todo un medio de conocimiento, y en primer lugar, para el poeta”. Si extrapolamos lo dicho por Barral a la novela que tiene entre las manos, nos encontramos ante una prosista que al escribir Las palabras del viento ha realizado un duro camino interior. Porque aparte de describir un mundo muy aproximado al que debió vivirse en las épocas a las que hace referencia, Narro se crece con las palabras, los sentimientos y las vicisitudes de sus personajes.

No hay finalidad ideológica en este libro, tampoco experimentación alguna. María Narro escribe por placer, por necesidad… quizá como un intento más en su vida de superación de obstáculos, de allanar barreras que coarten la libertad –en sentido amplio- de todos.
Sus personajes son seres desvalidos e inseguros arrastrados hacia la duda existencial, al colapso del raciocinio por la vorágine de la guerra primero, y de las consecuencias derivadas de la misma después. Con un lenguaje sencillo, coloquial diríamos, viene a afianzar aún más la fortaleza de los seres que pueblan la novela.
El tema principal de la misma es la muerte. La muerte física pero también todas las muertes que la represión, el miedo y la falta de libertad provocan en el ser humano: la cosificación del individuo.
Las palabras del viento no es una novela lineal. Su autora presenta unos hechos acaecidos en el presente y, a través de los parentescos de los personajes, de los recuerdos, o de los desencadenantes que hicieron de los mismos lo que son, regresa al pasado para encontrarse con la guerra civil, epicentro único de los males que arrastran en la mochila los contendientes y todos sus descendientes.
En esta novela existe un útero, una caverna, un lugar como el ideado por Platón, en donde aquellos que aún pueden pensar intentan reorganizar sus vidas, la vida, ajenos a los mensajes contradictorios que llegan del exterior.
Narro ha encontrado un estilo personal que le permite dar forma a cuanto en su interior bulle o intuye que está encarcelado en los demás: en los otros, en todos. Los personajes están definidos por sus comportamientos y en su estructuración utiliza el desorden cronológico y el contrapunto.

Esta nueva novela que María Narro nos presenta supone alejarse de las banderas de la contienda, que tanto daño hicieron a los moradores de este solar que habitamos, para acercarnos a la soledad y el sufrimiento del ser humano ante la catástrofe que toda guerra supone.

Marzo de 2010
Paco Huelva Cala

martes, 16 de marzo de 2010

Y tú lo sabes


No fue en un instante, ni tan siquiera en un momento concreto, cuando me quise dar cuenta ya estabas allí.

Y revuelvo entre los días pasados ansiando retener tu sonrisa,
y vuelvo hacia atrás sin saber que tu recuerdo está delante.

Una sirena de hielo derretido, un turbio corazón transparente.
Debería haberte matado antes de que me encadenaras para siempre...
Tan inocente como tus ojos, me dijiste. Mis ojos no son inocentes y tú lo sabes
.

domingo, 7 de marzo de 2010

Hojas nuevas...

Aunque hoy se encuentre Guadalajara en alerta de nevada y yo rendida de agujetas de la piscina, las hojas nuevas se empiezan a respirar. Se intuyen, quizás no sólo florecen en mi mundo interior.

Casi he acabado las correcciones de ‘Las palabras del viento’ cuando acabe de repasar y Paco también, tendré el prólogo. Así será más fácil que los agentes y editoriales reparen en las Hojas Nuevas que llaman sin prepotencia pero con seguridad a la puerta.

Estoy cansada de que algunos autores con los que me va a tocar ‘codearme’ me hayan minusvalorado durante años sin molestarse en reparar en lo que una persona ‘diferente’ puede ofrecer, cansada de mi anterior experiencia con el editor Pablo Méndez, cansada de que publiquen ¿libros? los personajes mediáticos "porque valen", cansada de que se juzgue sin saber; sin leer...

Ahora no, ahora nadie va a saber lo que hay detrás de María Narro hasta que no haya que negociar o ponerse serio; yo no me avergüenzo de mí pero no quiero que me hagan caso por lo que opinan muchos sin saber, y sin leer claro.