Bienvenidos a mi blog

viernes, 28 de diciembre de 2012

Columpiándome en la luna…

Toca hacer balance de un año inolvidable para mí y tremendamente positivo, también tocaba actualizar mi blog… renovarse o morir. Aún quedan pequeñas cositas pendientes, pero todas las entrevistas que me van haciendo están a la derecha del blog.




En este año que casi se va me han ocurrido cosas que sólo ocurren en los cuentos de hadas, se han cumplido sueños, he reído, he llorado, he trabajado muy duro para que se conozca Las palabras del viento… he aprendido mucho, eso es lo bueno del trabajo, y sobre todo he aprendido a ladrar cuando no me interesa lo que me están contando.

También he sentido mucha impotencia, demasiada, al ver como recortan a los más débiles o desahucian a los más pobres para salvar un país que ya no lo conoce ni Dios. Un país mustio, decía el otro día un admirado amigo, y es verdad. España está triste, motivos no le faltan, pero nosotros no somos así… y no nos hace falta beber ni drogarnos para pasarlo bien.



Y es en este momento que se me arrejuntan todas las ideas a la vez, y las preguntas e ideas me salen a borbotones sin motivo aparente…

¿no tiene dinero para comer pero puede pagar varios litros de whisky? (la cerveza la regalan, eso ya lo sé) ¿las drogas han bajado de precio? Como han aumentado los controles de alcoholemia será por eso, o no se han enterado de que estamos en crisis. Pero lo mejor viene siendo ver como ha aumentado la picaresca de la gente, tól mundo haciendo un ‘simpa’ (sin pagar) en los centros comerciales colapsados en Navidad, porque no hay dinero ¿no?

¿Cómo no va hacer el tonto y el animal el de las tijeras?

Seamos consecuentes… si vas sólo a mirar lleva un cartel que lo diga… ay perdón perdón

Sed muy felices.

¡Felices Fiestas!



Se va un gran año para mí, pero lo mejor está por llegar.

Besos y abrazos.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Mi primer libro...

‘Desde mi libertad’ -Ana Belén... y yo-

“Desde mi libertad

soy fuerte porque soy volcán.

Nunca me enseñaron a volar

pero el vuelo debo alzar.”

...

Bajaba la cuesta gritando, con los brazos alzados, llamando al cielo con mis dedos. Volvía a correr como cuando era una niña, sobre ruedas, pero volvía a correr. Bajo la caricia del sol, el viento jugaba con mi pelo mientras Juan robaba instantes mesados de una extraña felicidad.

-Déjame que te haga fotos yo a ti... ¡Pero ayúdame a subir que no puedo!.


Habíamos acudido a una reunión familiar en el pueblo de mamá. Quería que me vieran, que comprobaran, al igual que había hecho yo, que la silla de ruedas sólo me facilitaba la vida. Hubo reacciones para todos los gustos, pero sólo me importaba la mía. Sabía que mi marido, mis padres y hermanos, habían aceptado mis ruedas, los demás tenían todo el tiempo del mundo para hacerlo. Aprendía a diferenciar los problemas ajenos de los propios. No era fácil. Tampoco moverme en habitaciones llenas de muebles. Los pasillos y puertas encogían a mi paso. Pero reía de verdad, conversaba con todos y me volvía a sentir viva... (...)

“No llevaré ninguna imagen de aquí

me iré desnuda igual que nací.

Debo empezar a ser yo misma y saber

que soy capaz y que ando por mi pie”.


Estábamos parados en un paso de cebra, los ojos de mi marido seguían las piernas que nacían de una corta minifalda. Me moría un poquito más cada vez que le veía mirar a otra. Inseguridad, gritaba algún visitante de mi mente. Pero no le podía tapar los ojos, no podía poner faldas hasta los tobillos a toda persona femenina con piernas. Gorda o delgada. Si movía con gracia las caderas al andar...

Le pegué un codazo. El coche de atrás nos había pitado y él seguía embobado.

-Aunque la monada se vista de seda... ¡Es feísima!

-¿Quién?

No merece la pena enfadarse. Tranquila. Inspira, sopla, inspira, sopla, inspira...

-¿Qué haces?

-Respiro ¿no me ves...?

_________ .....

 
Estos son unos pequeños extractos sacados de mi primer libro (la parte que más me gusta), y dejo de llamarle ‘Fotos de un adiós’ porque lo primero que haré cuando me ponga a trabajar en él será cambiarle el titulo, nadie entiende que no me despido sino que es una metáfora.

Siento no haber contestado a quienes me pedís el libro, voy a reeditarlo (todavía no sé ni con quién ni cómo, pero sé que lo haré) y ya no puedo regalarlo. Sólo os pido un poco de paciencia, si de verdad lo queréis leer... lo puedo hacer mucho mejor. El libro está escrito sólo hay que corregir y usar más la psicología.

Tengo tantas ideas que parezco un arco iris a punto de explotar, pero ya me callo...