Expo-OCIO Zaragoza (I)

Llegamos a la Expo el sábado 21 a las once de la mañana, antes dimos cuarenta vueltas ya que no encontrábamos la residencia donde nos hospedaríamos ni tampoco sabía el conductor entrar al recinto de la Expo... pero bueno, mejor esto lo olvidamos y los fallos de organización de la asociación que han sido Muchos.

Y antes de seguir felicitar a Zaragoza por acoger y organizar tan macro evento. Macro pero macro. He estado y ya puedo opinar, pero es sólo mi opinión.
Por partes:

¡Qué nervios! ¡la Expo! ¡por fin!
Veinte taquillas para entrar, en casi todas más de cincuenta personas en la cola, luego más controles que en Barajas. Mucha seguridad. Cuando conseguimos entrar todos son las doce. ¡Qué calorrrr!

Primera parada con ganas de conocer la Torre del Agua. Es imposible pasar por su lado y no entrar, es una torre de 76 metros de altura. La torre acoge la exposición "Agua para la vida"...
¿de dónde ha salido tanta gente? Voy a ver las fotografías de la planta baja que no hay casi nadie...
No que mejor subimos todos al bar nube y tomamos algo.
...vale que tengo sed.

17 minutos de ascensión por rampas en la torre, una gozada si no fuera por la gente. Te adelantan corriendo por no perder al de delante y de repente se paran y yo tengo que frenar e ir pendiente de ellos porque no les quiero dar. Seguro que una silla eléctrica no habéis conducido pero un coche en un atasco sí, pues imaginaos conduciendo ese coche y los demás sin intermitente. Igual.
Cuando llego arriba del todo juro y perjuro que yo bajo en el ascensor.
Media hora en una fila para conseguir una cerveza y una coca-cola. El grupo se ha evaporado.
Al salir de la Torre del agua es la hora de comer, vemos a medio grupo buscando el restaurante donde nos han citado.
Mientras una azafata nos dice que el restaurante está allí, otra nos dice que está en la otra punta, y nosotros Expo arriba Expo abajo buscando el dichoso restaurante.
¡menos mal que me dio por reír!
Durante la búsqueda vimos la cabalgata ‘El nacimiento de la serpiente’.

Después de comer nos pusimos a ver pabellones ya que fue imposible conseguir un café sin aguantar una larga cola bajo el sol, hacía demasiado calor. Íbamos solos y vimos el Pabellón de África Subsahariana que albergaba la exposición “Estepas, praderas y sabanas” para conocer la cultura de aquellos países y su aprovechamiento del agua.
Luego estuvimos en el pabellón de Suiza que pretendía meterte dentro de la vida acuática de los lagos de Suiza, según dijeron al entrar. Y lo que consiguieron es relajarnos en unos cómodos y modernísimos sillones; y refrescarnos casi a oscuras bajo un vientre enorme de agua, la exposición se llamaba ‘Bajo el lago’.
A mí éste pabellón no se me olvida... pero porque en el hall había una cafetería ;) ¡café! Y un chocolate de vicio.
Luego visitamos la exposición Sed y el acuario fluvial.
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Y a esas alturas ya sabes de sobra que el mensaje de la Expo es una verdadera incongruencia: recordarnos que el agua es de todos, un bien único, su escasez, su derroche... y ¿cómo te lo recuerdan? Con el mayor derroche de Agua que yo he visto.
Antes de ir leí que ‘la tribuna del agua’ es la herramienta intelectual de la expo, son conferencias donde se buscan soluciones. No fui a ninguna, pero si hubiera ido hubiera dicho: menos divagar y más manos a la obra.

En las fotos que acompañan al post podéis ver que lo pasé muy bien y que hacía mucho calor...

Aún queda mucho pues estuvimos allí hasta las doce de la noche, y el domingo de 10 de la mañana has las 7...

Continuara...