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miércoles, 24 de marzo de 2010

Un quijote sobre ruedas

-No desfallezcáis, mi señor don Quijote, mirad que los caminos están llenos de sueños robados y presto ha de liberarlos.
-Dices bien, amigo Sancho, que no es menester de un caballero andante quejarse por luchar contra gigantes que prohíben integraciones y mismas oportunidades, ni aun cuando lo haga desde una silla con ruedas. En verdad te digo que el Sabio “Festino” hace la senda difícil, llena de cobardes desilusiones convertidas en peldaños y viles promesas incumplidas disfrazadas de mentiras, ¡mas, ea! prepárame la armadura que he de entrar de nuevo en batalla.
-Mire vuestra merced, que hoy puede ser el día en el que alguien quisiera caminar con sus zapatos un rato...

-Bien parece que no estás cursado en esto de la aventura del vivir -dijo Esteban hablando de nuevo al espejo-. Algunos, quizás yo, nos sentimos hastiados de Estar cuando en verdad queremos Ser. Como loco voy por esos mundos tras una accesibilidad que el Sabio “Festino” ha convertido en utopía, mas todos caminan ya con orejeras cuán rocín bajo tus posaderas, y a nadie le importa lo que le ocurra al otro. La vida camina deprisa, y aunque me canso y tropiezo más de lo que me gustaría en la desazón, amigo Sancho, sigo luchando porque la vida es la batalla más hermosa que pueda existir. Y he de ganar por absurdas e iguales que sean siempre esas batallas, y si no ganar, por lo menos Vivir.
-¡Cobarde de mí! Perdóneme vuestra merced, pensaba que seguía a un loco.
-Quién sabe si no es así, hermano. Quién sabe si alguna vez lograré vivir sin tener que vestir la realidad con los mejores calzones de la locura para que se haga soportable.

-Complacido me quedaría yo sin ínsula, mi señor don Quijote, si el Sabio “Festino” tuviera a bien quitar pedruscos de su camino.
-No te preocupes, amigo Sancho, y recuerda que no es menester de caballeros andantes quejarse ni aun cuando lleven ruedas. ¡Más ea! olvidemos ésta plática y empieza a dar brillo a esa armadura

11 comentarios:

María Narro dijo...

dejaría de ser yo si ocultara a quien me investiga que voy en silla de ruedas.

y si se niegan a leer mi novela por ello... allá ellos.

((todo va bien, pero no tengo NADA que ocultar))

fgiucich dijo...

Maria Coraje, debería ser el título de tu próxima novela. Abrazos.

ralero dijo...

Este lo recuerdo; ¿recuerdas?, ahí estuvimos que si una coma aquí, que si un punto allá... Puede que este Rocinante no sea de carne y hueso, pero su amazona no tiene nada que envidiarle a la locura de Alonso Quijano -aunque yo, que siempre me alineo con los locos, piense que era Don Quijote el que estaba en lo cierto (eran gigantes, sin duda) y Sancho obnubiliado. Y, que leches, muchísimo más atractiva.

Un beso.

ralero dijo...

...qué leches...

Mael dijo...

vivir... ganancia de batallas anteriores, una más, disfrutala!.. la armadura la llevas puesta.

los otros, tendrán que buscar ganar sus propias batallas o aceptar su derrota ante algo más que una silla de ruedas.

Bss.

Nacho dijo...

No suelo dejar nada escrito cuando leo blogs, pero el tuyo se sale de madre.
¡ENHORABUENA!

Blanka dijo...

Otros tendrán que luchar sus propios molinos y transitar por caminos escarpados, nadie se libra por mucho que quiera. Tu adelante, no creo que una silla de ruedas sea impedimento para escribir bien, vamos ni pasarseme por la imaginación.
Un besito Maria!!

Juan Luis G. dijo...

Qué ingeniosa reivindicación para una realidad que clama al cielo. Los Ayuntamientos se preocupan más por las carreteras para los coches que de las barreras para las personas. Triste.

Un gran abrazo.

Prometeo dijo...

Buena utilizacion de unos viejos amigos para una reinvindicacion tan sencilla como oportuna; muy bien conseguido ese tono clasico y antiguo...un abrazo.

María Narro dijo...

Oportuno e irónico, al menos eso he intentado, Prometeo.
Claro que me acuerdo, Rafa.
Blanka, ahora no se trata de que escriba bien o mal sino de que acepten leer mi original, y te aseguro que si he puesto a mi quijote es por algo.

Prudentemente no puedo decir más, tan sólo que vuelvo a creer en las editoriales de verdad, y me tengo que armar de mucha paciencia.

un beso a todos.

Anónimo dijo...
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