No fue en un instante, ni tan siquiera en un momento concreto, cuando me quise dar cuenta ya estabas allí.
Y revuelvo entre los días pasados ansiando retener tu sonrisa,
y vuelvo hacia atrás sin saber que tu recuerdo está delante.
Una sirena de hielo derretido, un turbio corazón transparente.
Debería haberte matado antes de que me encadenaras para siempre...
Tan inocente como tus ojos, me dijiste. Mis ojos no son inocentes y tú lo sabes
.
10 comentarios:
bellas, bellas tus letras
¡Wow!
Arrodallora!
Delicioso, realmente bello y muy simbolico...un fuerte abarzo.
Cuando salpicas pasión de estas formas, no sabes qué decir.
Ciertas cosas se saben y muy bien, aunque algunas veces parezca que no nos damos cuenta de ellas.
Esas cadenas...
Montones de besos, María.
Nada más que decir.
Tal vez lo mataste, hay muchas formas de morir de amor.
Saludos.
Para siempre... si así es para quien se entrega plenamente... la única forma de vivir realmente VIVIR.
Siempre llevando al extremo, gracias!
sólo fue un arrebato, mis ganas de volver pero de momento no puede ser.
Ahora vereís por qué.
besos y abrazos.
Preciosas palabras, esas cosas se acaban sabiendo....
besitos
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