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domingo, 11 de octubre de 2009

Nada importante...


Álvaro soñaba despertar algún día entre sus brazos, soñaba quererla tanto que la energía de sus sueños se diluía en océanos de inseguridades y silencios.
No se atrevía a acercarse a ella. Alguien le había dicho que se llamaba Elisa.
La veía todas las mañanas al ir al colegio, vendía flores en una pequeña tienda cerca del cementerio, las flores más vivas de toda la ciudad. La única vez que se atrevió a entrar y comprar un ramo de rosas, la había mirado tan profundamente a los ojos que, ella con voz rielada preguntó:
-¿desea algo más… señor?
-…. No, no, no… buenos días.
Álvaro se odió en un principio por no ser capaz de decirle que deseaba poder sentirse vivo a su lado, amarla, cuidarla, ser su amigo, su cómplice, su vida; pero pronto, con esa convicción de algunos tímidos cuando lanzan semillas que no esperan ver cuajadas en ninguna tierra, supo que una mujer como ella nunca se fijaría en él.
Aunque a veces… tenía la impresión de que aquello ya lo había vivido, de que los momentos se repetían. Mas tan sólo era un instante, un instante con sabor a canela.


Llegaba cada día más tarde a casa, los niños dormían ya, su mujer le preparaba sus cenas preferidas, pero dialogaban sin ganas. Y aunque seguían siendo buenos amantes, aquello no era suficiente. Su mente volaba, su corazón ansiaba más porque tenía que haber más, tenía que haberlo. Vivía en la superficie y deseaba sumergirse… por eso Álvaro soñaba despertar algún día entre los brazos de Elisa, soñaba quererla tanto que…Desde que tenía dos trabajos sólo la veía por la mañana, pero aquella mágica visión lograba equilibrar de alguna manera su vida absurdamente vacía.Por qué seguía casado, ni él mismo lo sabía, ¿por sus hijos?, sí tal vez, aunque más que un padre él se sabía un señor que estaba todo el día trabajando. Primero en el colegio y luego gestionando la agencia. Ni siquiera lograba recordar por qué tuvo que coger dos empleos, aquel accidente de hace años siempre llenaba de lagunas su memoria. Su mujer decía que ahora vivían mejor que nunca, que las clases complementarias de los niños, la ropa, la casa de la playa, la luz, el agua, el plan de pensiones…
Si la sintiera cuando hablaba, o al menos cuando la tenía desnuda en la cama, pero ni eso podía. Vivía en la superficie y deseaba sumergirse...
Una única luz en su vida, una obsesión: Elisa.


-¿Le viste hoy? –la mujer asintió con la mirada perdida, había comenzado a llover- ¿por qué no hablas con él?
-¿Y qué le digo? ¿Que aquel día llovía como hoy? –Elisa se llevó las dos manos a la cara ocultándose en ellas… las bajó y se abrazó la cintura acercándose a la ventana- …me dijo que aunque tenía hijos y mujer era la primera vez que hacía el amor…, había conseguido otro trabajo, ni siquiera sé cuál ¿qué le digo?... ¿Que le quiero con toda mi alma? ¿Que aquel coche amputó mi vida? Me muero si le hago más daño- Su hermano se acercó y la abrazó- Quizás todo fue un sueño, nada importante para recordar...

16 comentarios:

Paquita dijo...

Escribes tan bonito.............

No dejes nunca de hacerlo.

Muchos besitos.

Álvaro Ancona dijo...

Tiene un nombre tan bonito elpersonaje central que el relato tenía que ser muy bueno.

Un abrazo de otro Álvaro

aapayés dijo...

muy bello

saludos fraternos con mucho cariño
un abrazo

besos

que tengas un bello fin de semana

Sir Bran dijo...

María... que historia tan bonita.
No sabes cuanto se ha hundido en mí, ha sido un impacto especial, y me siento predispuesto a que incida en mí de esa forma.
Sé que la historia es de puro amor, de sensaciones dormidas, y no pude más que dejarla entrar en mi corazón.
Te contaría los detalles muy a gusto.
Pero me limitaré a darte las gracias por esta ilustrativa historia.
Besos especiales.

Emilio dijo...

"Vivía en la superficie y deseaba sumergirse"

Preciosa frase para una historia muy interesante.

Un abrazo, María, me ecantó este relato.

febade dijo...

"un instante con sabor a canela"
Me gustó mucho esta frase.

Hola María.

Gracias por este relato ten bello. Me ha gustado muchísimo.

Un abrazo

Unknown dijo...

En ocasiones donde nada parece ser importante... sucede todo.
Un abrazo

Jesús Arroyo dijo...

María:
Un relato lleno de tí. Juntas sentimiento y técnica, ¿se puede hacer mejor?
Un beso, guapa.

fgiucich dijo...

Esas vidas que se cruzan, como rayos de tormenta, tratando de encontrar el sol, pero terminan naufragando en la lluvia torrencial. Muy bello. Abrazos.

fgiucich dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Malena dijo...

Hacía tiempo que no leía relatos tuyos, Mamen, y está lleno de poesía y sensibilidad.

¿Por qué no se dirán las cosas que se llevan en el corazón?

Besos y rosas.

Prometeo dijo...

Hermoso relato pero es mas la forma de contarlos, esas frase tan poeticas dentro de un texto prosaico...maravilloso, un fuerte abarzo.

Anónimo dijo...

Una história tristemente bella y muy bien escrita.

La vida se complementa con sueños, reales o no, cumplidos o no, vividos o no, son ilusiones sentidas desde el alma.

Me decanto por creer, que nada truncó el sueño de nadie, y que se vivió una bella y tierna história de amor jamás vivida. Hoy prefiero que cualquier história o cuento acabe bien.

Un placer haber llegado de nuevo hasta tu espacio.

Besos tiernos y muy dulces para ti.


** María **

María Narro dijo...

2x1.
Dos historias en una. Una intensa historia de amor truncada por un accidente y la amnesia, escondida tras un rutinario matrimonio. Pero donde hubo fuego...

Gracias por los comentarios y besos.

Trini dijo...

Cuantas vidas separadas por no arriesgar unas palabras. Que tristes vidas para dos que se aman sin saberse amados.

Precioso relato

Besos

SHE dijo...

wowww que intensa!

es de un realismo que impresiona,
me ha dolido y encantado a la vez.

abrazo grande