Tengo un perro de marca

Un husky, husky mestizo.

¿Que de dónde lo hemos sacado?, que si buen dinero nos habrá costado, que si el husky es buena raza, que si...
Demasiado perro, decían.

Y Bruno se sube a dos patas encima de mí, le abrazo y le digo:
-Has oído, Bruno, ahora eres un STARSKY y beso (¡qué mal llevo que mi perro me de besos jajajajaja)

Y esperando que aparezca Hutch con su deportivo el cambio de Bruno es espectacular, pero sólo le hemos dado cobijo, cariño y comida. Ya nadie se acuerda de aquel perrillo asustadizo, abandonado y apaleado que apareció éste verano en mi finca, ni el veterinario. Y es el mismo.
A mí me recuerda a Rin tin tin, aquel perro de las películas, porque le hemos puesto un collar que parece que se va a los Fermines de san Pamplona :))

Estoy encantada con que sea un husky –pa’ mi Starsky- porque como le sale tanto pelo tendrá menos frío, aunque ‘su cueva’ está protegida del viento y la lluvia, con la manta o cualquier cosa de abrigo que no sea paja juega y lo arrastra por toda la finca. Haya barro o no :)))))
Si no supiera que para correr hay que saber andar, diría que a mi perro se le ha olvidado como se anda. Necesita mucha actividad, pero ya hemos aprendido a canalizarla. Y menos mal que vive en la finca.
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A ver si me acuerdo y le hago fotos a mi Starsky, el perro más cariñoso y guapo del Corte Inglés.