El llanto de una trompeta rasgaba la noche...
Viola miraba intranquila a través del retrovisor el humo cada vez más negro que salía por el tubo de escape de su pequeño utilitario. “iVenga campeón! no me dejes tirada en medio de este vacío polígono industrial”. Pero cinco minutos después, el motor se paró. Cuando algo va mal, todo va mal. La batería del móvil se había agotado, su túnica y sandalias no eran lo más adecuado para caminar hasta su casa en aquella noche helada el casi kilómetro que faltaba, y aunque se apretaba y envolvía en su cálido abrigo empezaba a tiritar. Largas horas interpretando a la Virgen María en el belén viviente del Ayuntamiento, le habían hecho sentir un simulacro de día feliz; descartando las sonrisas hipócritas de los buenos samaritanos, la estúpida sociedad que durante esos días disfraza su tez con una postiza sonrisa; centrándose sólo en la sinceridad y pureza de los corazones infantiles. Por poco entra en la temida Navidad a golpe de ternura convertida en una niña virgen, y sin embargo, ahora todo se había vuelto del revés. “iiiMaldito coche!!!... allí hay un letrero, parece un bar...”.
Nano, como cada noche cuando se iba el último cliente de su garito, vivía su cita, su noche, su entrega particular con el duende de la música; su musa para vivir, el único alimento de un buscador de sensaciones : el Jazz.
Acariciaba su trompeta en la oscuridad de un angosto escenario improvisado, exhalando quebradas notas de pasión, ahogando sueños imposibles, creando voluptuosidades en los silencios del alma. El piano y el saxo en su eterno diálogo con la trompeta de Nano, allá en algún lugar del tiempo, no dejaban de gemir.
Si la magia se puede tocar, eso es lo que sintió Viola cuando abriendo la puerta del local quedó extasiada contemplando la escena. Torpemente, sabiéndose interruptora de la fotografía más intima, pregunto si podía usar el teléfono. Nano asintió y señalándole donde estaba volvió a la intimidad de su música.Viola, hechizada e hipnotizada por sugerentes notas que derramaban caricias, se olvido del teléfono en el mismo instante en el que el tono de llamada intento alejarla de la sinfonía desgarradora de la trompeta. Girándose hacia el escenario, y embelesada por algo que apenas veía se sentó en un taburete alto al lado de la barra, encendió un cigarrillo y cruzando sus largas piernas observó en silencio a Nano con su trompeta.
Cuando los ojos de Viola y Nano se cruzaron no pudieron despegarse. Todo se detuvo. El tiempo, el aire, la luna, el sol. Como dos ciegos hambrientos de sueños, a tientas, caminaron uno por la vida del otro durante años, minutos o segundos. Viola bajó sus ojos, los cerró y apretó, la intensa ola de sensaciones que recorría su ser la turbaba...
Una trompeta volvió a sonar y acompañó el misterio de aquella noche. El misterio o embrujo del Jazz, eterna lágrima de luz.
22 comentarios:
y con esas imágenes que se pare todo...
un abrazo.
y como acabar� esta historia al son de una trompeta ?
besos.
Bello solo de trompeta para una noche mágica.
¿Hablabas tú de enganchar? Yo estoy aquí todavía esperando más y más.
Besitos, María.
Un cuento que se inicia de tal forma, que nadie puede presagiar el final.
FELICIDADES, MARÍA
¿Seguira? Con el jazz que es eterno, seguira la eterna historia de amor. Una noche inolvidable, un coñac, una orquesta de jazz clasico, humo, una mujer y la musica y el amor y la pasion....hoy yo tambien me he quedado sin coche, peaton.
Un abarzo.
El jazz, que maravilloso es el jazz... cuantos sentimientos afloran cuando se escucha. He aprendido a escucharlo, tan solo un poco, por un amigo, y realmente agradezco la oportunidad que tuve de conocer tan solo un poco de su música... ideal para un encuentro
Besos María
Clau
Pues aquí nos hemos quedado atrapados en la música de tus palabras y esperando que continuen las notas...
Besos
Espero que estés mejor.
hermoso.
Tú sí que sabes escribir, y mantener bien alta una nota, como si tocaras la trompeta...
Un beso
Me ha encantado :)
Una hermosa historia que a todos nos gustaría vivir. Yo quiero ser tu trompetista y además luego te arreglo el coche. Pero con calma.
... ¿varias lecturas (el relato)? ¿cuales?
Historia al son de un trompeta de veras maria un placer enorme leerte porque escribes muy bien y con gusto volvere por mas para saciar mi sed por tus post, abrazos desde Bolivia
creo que se paró todo, txanba.
Un beso.
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en el ascensor no jajajajaja
Un beso, Fernan.
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pues escucha 'el silencio' un solo de trompeta que no logro encontrar y verás como te quedas.
Un beso, Malenita.
Gracias Paco.
Un abrazo.
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No, no sigue, Prometeo, es eterna como el Jazz.
O la historia más vieja del mundo.
Un beso.
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yo tb lo aprendí a escucchar por el que fue mi mejor amigo.
Un beso, Clau.
estoy mejor, Trini, Gracias.
pd. eres una de las tías más de verdad que he conocido en la red (me entiendes ¿verdad?)
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Gracias Juan, bienvenido.
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ya me gustaría a mi, Interrogación.
Besos.
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Un besazo, Espejito.
vale, hoy trompetista, Orestes. Y no tengo coche, bueno sí, pero no lo conduzco yo.
Besos.
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Belmar, varias.
Un beso.
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gracias, maria cristina.
Besos.
Anda que no tienes prosa ni ná... jo, vales mucho niña. Ufff
Besitos
"Todo se detuvo. El tiempo, el aire, la luna, el sol. Como dos ciegos hambrientos de sueños, a tientas, caminaron uno por la vida del otro durante años, minutos o segundos".. Enamoradita me he quedado de esas líneas... Qué bonito escribes, joía. Ya ves, como que hasta se me ha escapado un taco, con lo repropia que soy pa eso... Como lo vea mi compi, me mata, con todo lo que yo le riño por eso.. ;-)
Besos, guapa.
Gracias a los dos.
Un abrazo.
Es facil pasear por tu texto poniendo imágenes cuando se está escuchando de fondo un buen jazz (es mi caso ahora mismo) Muy bueno Maria.
Besos
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