Shakespeare me llevó de la mano en mi primer libro, por eso mi blog se llama: Shakespere y yo.
Por entonces yo tenía 32 años, una vida cómoda y un futuro muy alentador, mi minusvalía nunca había sido inconveniente en nada y para nada y mi cuerpo estaba dejando crecer la ilusión dentro de mi en forma de hija. Nunca me dijeron que algo que no es hereditario podría serlo, nunca me dijeron que al llegar ella, mi minusvalía sería el centro de mi lucha, y no por mí, sino por ella, por mi hija.Conforme transcurría el tiempo, aprendí que nadie es discapacitado, nadie es minusválido y mucho menos nadie es nulo en esta sociedad compuesta por todos y para todos, aprendí que solo aquellos capaces de pronunciar las palabra “pobrecita/o tan guapo/a e inteligente y……” solo aquellos son los que realmente padecen una discapacidad.Mi lucha es mi condición de vida, es quitar un grano de arena de una gran montaña para que todos absolutamente todos podamos escalarla, lo sé, pero no voy a dejar de luchar nunca.Mi lucha, está contigo, con ellos/as con todos los que sabemos que es vivir cada instante como si en ello nos fuera la vida, vivir dignamente, simplemente eso, VIVIR.El sr. Que vino a cenar sin previo aviso, es el más cruel, pero no sabe que en su visita nos enseña valores que nunca habríamos imaginado que tenemos. María, ando con el reloj mirándome de reojo y acusándome de no cumplir con todo mi trabajo a tiempo, pero tenía que dejarte este comentario aquí, sé que tú, como yo, como tantos más, necesitamos escribir, decir, gritar que no somos discapacitados, por el simple hecho de que partes de nuestro cuerpo no respondan como la de una gran mayoría. (ya me callo que menudo discurso te he dejado) Besos y un enorme abrazo.
Me quedo con el principio. "la discapacidad está en los ojos de quien te mira"Un abrazo Maria
Me encanta María,esto especialmente:..."El amor no se ve con los ojos del cuerpo sino con los del alma...”. Un beso
Me ha gustado leer este capitulo de tu libro y, estoy de acuerdo con tus palabras.Te animo en la lucha y deseo y espero que no te rindas nunca.Besos muchos
ya veo la relación del escritor inglés y tu blog. Precioso.besos.
Vamos descubriendo mucho mas de ti y de tu vida interior, de tus sentimientos. Me gusta, un abrazo.
Preciosas "fotografías" del alma. Son como perlitas para quedarse pensando.Un beso
Con discapacidad o sin ella, somos personas y como tal han de mirarnos. Contar con alguna minusvalía, en mUchos casos, nos hace MAS GRANDES.
Maribel..., Maribel ayer no te pude contestar ¿me entiendes, no?Hoy tampoco, sólo decirte que una de las razones que me llevo a escribir el libro fue demostrarme y demostrar que, no soy MENOS VÁLIDA ni leches.Un abrazo gigante.
Me habeis emocionado Maribel y tú. Sois el ejemplo de dos mujeres luchadoras que hacen frente a la vida con una sonrisa en los labios.¿Minusválidas? ¡Vosotras, no! La minusvalía se lleva en el corazon y en la forma de pensar y actuar.La fortaleza que teneis vosotras no la tienen muchas personas.Todo mi cariño y respeto para mi princesa y para Maribel.
Hacía tiempo que no pasaba por aquí por rollos chungos. Pero ya veo que estás a tope,me ha encantado este trocito de ti. Salud princesa¡¡¡.
Gracias a todos y un abrazo colectivo.Sólo apuntar que, como dice interrogación, estas son diferentes fotografias, párrafos de diferentes capitulos que quieren hacer pensar.pd. no te preocupes caballero Quimera, te quiero igual.
Esa frase de E. Roosevelt lo dice todo... Nadie es inferior a nadie, por mucho que otros lo digan. A menos que se sienta así..Hay mucho inválido mental por ahí, y por supuesto no me refiero a disminuidos síquicos, sino a esos que no saben ver que no poder disponer del uso de todas las habilidades posibles no invalida a nadie. Quien no tiene capacidad para una cosa la tiene para otra... Me ha emocionado el comentario de Maribel.. Desde luego, vosotras sois la prueba de que la discapacidad solo existe en la mente y en el corazón. Y vuestra mente y vuestro corazón son los más capaces del mundo..Un besazo para ambas.
No puedo dejar de comentar, hoy no. Precioso, valiente...no hay palabras. Tanto tu como maribel me han emocionado, ojala tuviera esa fortaleza. Un saludo para las dos. Me quedo con esta frase, hoy es mia, perdona que te la robe así, pero hoy es mía:"Pero mis rachas de felicidad pasaban como soplos de viento, como las de todo aquel que camina al borde del abismo... a la sombra de la luna. La felicidad es una hora." Gracias, por las palabras.
María, yo me quedo con la última frase, y no porque lo demás no sea hermoso, no tiene desperdicio nada de lo que dices, o decís todos los que me habéis precedido en los comentarios. Pero qué verdad encierra esa última frase: Sólo eres lo que sientas que eres. Hay muchos pasos que no llevan a ningún sitio, piernas que se mueven sin corazón. Y también hay corazones que se mueven sin piernas, caricias que se dan sin manos, palabras pronunciadas con los ojos...Ninguno de nosotros sabemos lo que podemos llegar a ser si algún día dejamos de ser quienes somos.Por la superación personal que contagias, gracias y un beso.
Gracias a vosotras por ayudarme a seguir.Un beso desde dentro.
Mis besos fundidos en miel, querida escritora.
miel de la Alcarrio.Un beso fuerte, Paco.
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19 comentarios:
Shakespeare me llevó de la mano en mi primer libro, por eso mi blog se llama: Shakespere y yo.
Por entonces yo tenía 32 años, una vida cómoda y un futuro muy alentador, mi minusvalía nunca había sido inconveniente en nada y para nada y mi cuerpo estaba dejando crecer la ilusión dentro de mi en forma de hija. Nunca me dijeron que algo que no es hereditario podría serlo, nunca me dijeron que al llegar ella, mi minusvalía sería el centro de mi lucha, y no por mí, sino por ella, por mi hija.
Conforme transcurría el tiempo, aprendí que nadie es discapacitado, nadie es minusválido y mucho menos nadie es nulo en esta sociedad compuesta por todos y para todos, aprendí que solo aquellos capaces de pronunciar las palabra “pobrecita/o tan guapo/a e inteligente y……” solo aquellos son los que realmente padecen una discapacidad.
Mi lucha es mi condición de vida, es quitar un grano de arena de una gran montaña para que todos absolutamente todos podamos escalarla, lo sé, pero no voy a dejar de luchar nunca.
Mi lucha, está contigo, con ellos/as con todos los que sabemos que es vivir cada instante como si en ello nos fuera la vida, vivir dignamente, simplemente eso, VIVIR.
El sr. Que vino a cenar sin previo aviso, es el más cruel, pero no sabe que en su visita nos enseña valores que nunca habríamos imaginado que tenemos.
María, ando con el reloj mirándome de reojo y acusándome de no cumplir con todo mi trabajo a tiempo, pero tenía que dejarte este comentario aquí, sé que tú, como yo, como tantos más, necesitamos escribir, decir, gritar que no somos discapacitados, por el simple hecho de que partes de nuestro cuerpo no respondan como la de una gran mayoría.
(ya me callo que menudo discurso te he dejado)
Besos y un enorme abrazo.
Me quedo con el principio.
"la discapacidad está en los ojos de quien te mira"
Un abrazo Maria
Me encanta María,esto especialmente:..."El amor no se ve con los ojos del cuerpo sino con los del alma...”.
Un beso
Me ha gustado leer este capitulo de tu libro y, estoy de acuerdo con tus palabras.
Te animo en la lucha y deseo y espero que no te rindas nunca.
Besos muchos
ya veo la relación del escritor inglés y tu blog. Precioso.
besos.
Vamos descubriendo mucho mas de ti y de tu vida interior, de tus sentimientos. Me gusta, un abrazo.
Preciosas "fotografías" del alma. Son como perlitas para quedarse pensando.
Un beso
Con discapacidad o sin ella, somos personas y como tal han de mirarnos. Contar con alguna minusvalía, en mUchos casos, nos hace MAS GRANDES.
Maribel..., Maribel ayer no te pude contestar ¿me entiendes, no?
Hoy tampoco, sólo decirte que una de las razones que me llevo a escribir el libro fue demostrarme y demostrar que, no soy MENOS VÁLIDA ni leches.
Un abrazo gigante.
Me habeis emocionado Maribel y tú. Sois el ejemplo de dos mujeres luchadoras que hacen frente a la vida con una sonrisa en los labios.
¿Minusválidas? ¡Vosotras, no! La minusvalía se lleva en el corazon y en la forma de pensar y actuar.
La fortaleza que teneis vosotras no la tienen muchas personas.
Todo mi cariño y respeto para mi princesa y para Maribel.
Hacía tiempo que no pasaba por aquí por rollos chungos. Pero ya veo que estás a tope,me ha encantado este trocito de ti. Salud princesa¡¡¡.
Gracias a todos y un abrazo colectivo.
Sólo apuntar que, como dice interrogación, estas son diferentes fotografias, párrafos de diferentes capitulos que quieren hacer pensar.
pd. no te preocupes caballero Quimera, te quiero igual.
Esa frase de E. Roosevelt lo dice todo... Nadie es inferior a nadie, por mucho que otros lo digan. A menos que se sienta así..
Hay mucho inválido mental por ahí, y por supuesto no me refiero a disminuidos síquicos, sino a esos que no saben ver que no poder disponer del uso de todas las habilidades posibles no invalida a nadie. Quien no tiene capacidad para una cosa la tiene para otra...
Me ha emocionado el comentario de Maribel.. Desde luego, vosotras sois la prueba de que la discapacidad solo existe en la mente y en el corazón. Y vuestra mente y vuestro corazón son los más capaces del mundo..
Un besazo para ambas.
No puedo dejar de comentar, hoy no. Precioso, valiente...no hay palabras. Tanto tu como maribel me han emocionado, ojala tuviera esa fortaleza.
Un saludo para las dos.
Me quedo con esta frase, hoy es mia, perdona que te la robe así, pero hoy es mía:
"Pero mis rachas de felicidad pasaban como soplos de viento, como las de todo aquel que camina al borde del abismo... a la sombra de la luna. La felicidad es una hora."
Gracias, por las palabras.
María, yo me quedo con la última frase, y no porque lo demás no sea hermoso, no tiene desperdicio nada de lo que dices, o decís todos los que me habéis precedido en los comentarios. Pero qué verdad encierra esa última frase: Sólo eres lo que sientas que eres.
Hay muchos pasos que no llevan a ningún sitio, piernas que se mueven sin corazón. Y también hay corazones que se mueven sin piernas, caricias que se dan sin manos, palabras pronunciadas con los ojos...Ninguno de nosotros sabemos lo que podemos llegar a ser si algún día dejamos de ser quienes somos.
Por la superación personal que contagias, gracias y un beso.
Gracias a vosotras por ayudarme a seguir.
Un beso desde dentro.
Mis besos fundidos en miel, querida escritora.
miel de la Alcarrio.
Un beso fuerte, Paco.
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