La vida nos recibía en tonos verdes, nuestra noguera se había llenado de hojas.
Íbamos provistos de una buena mochila para explorar lo desconocido, no dejaríamos ni una piedra sin levantar del camino. Teníamos que escribir un cuento y necesitábamos material.
Salimos raudos los tres por el sendero, Noé me dio la mano pero enseguida se soltó cuando vimos la primera piedra sospechosa...
Los dos jovencitos valientes se pusieron en cuclillas y yo me dispuse a mirar por encima de sus cabezas.
-tía, es un bicho largo que va hacia ti
-AHHHHHHHH- grité sin hacer ruido cuando lo vi echándome hacia atrás.
-es un ciempiés y no dan miedo porque no muerden, pero es mejor perseguir mariposas para escribir nuestro cuento- les dije.
-pero tía, es que creo que has espachurrado al ciempiés con tus ruedas...
-¿yo? En todo caso le habré pisado un pie... pero sólo uno. ¡Mira una mariposa azul!
A estos niños en cuanto les hablas de algo azul se les olvida todo lo demás, y pudimos seguir rastreando el camino. Cogimos margaritas, amapolas y piedrecitas, y volvimos a escribir nuestro cuento, pero yo intuía que había perdido mi fama de tía valiente con el ciempiés y encima me había convertido en medio asesina. Algo tenía que hacer para salvar mi honor...
Al ir hacia la piscina lo vi. Quieto, indefenso, tomando el sol. Sin saber el peligro que se le avecinaba...
-¡Chicos, un escarabajo azul!
Y no fue el viento, no, ni un huracán lo que se aproximaba corriendo como locos hacia mí. Les señalé dónde estaba el escarabajo y se sentaron en el suelo adorándole.
Fue Txomin quien dijo:
-es negro...
Me quité las gafas de sol y miré de cerca al escarabajo, a los ojos vamos.
-muy bien dicho, es negro pero tirando azul...y nos va a dar suerte.
Y seguimos los tres sin quitar ojo al escarabajo negro tirando azul hasta que mi padre se acercó comiendo pistachos, y dijo:
-¿qué le estáis haciendo al grillo?
Por suerte a estos niños se les olvida todo cuando pueden comer pistachos, pero yo seguí pensando en si habrá o no grillos azules... vamos tirando a azul, para escribir mi cuento.
Salimos raudos los tres por el sendero, Noé me dio la mano pero enseguida se soltó cuando vimos la primera piedra sospechosa...
Los dos jovencitos valientes se pusieron en cuclillas y yo me dispuse a mirar por encima de sus cabezas.
-tía, es un bicho largo que va hacia ti
-AHHHHHHHH- grité sin hacer ruido cuando lo vi echándome hacia atrás.
-es un ciempiés y no dan miedo porque no muerden, pero es mejor perseguir mariposas para escribir nuestro cuento- les dije.
-pero tía, es que creo que has espachurrado al ciempiés con tus ruedas...
-¿yo? En todo caso le habré pisado un pie... pero sólo uno. ¡Mira una mariposa azul!
A estos niños en cuanto les hablas de algo azul se les olvida todo lo demás, y pudimos seguir rastreando el camino. Cogimos margaritas, amapolas y piedrecitas, y volvimos a escribir nuestro cuento, pero yo intuía que había perdido mi fama de tía valiente con el ciempiés y encima me había convertido en medio asesina. Algo tenía que hacer para salvar mi honor...
Al ir hacia la piscina lo vi. Quieto, indefenso, tomando el sol. Sin saber el peligro que se le avecinaba...
-¡Chicos, un escarabajo azul!
Y no fue el viento, no, ni un huracán lo que se aproximaba corriendo como locos hacia mí. Les señalé dónde estaba el escarabajo y se sentaron en el suelo adorándole.
Fue Txomin quien dijo:
-es negro...
Me quité las gafas de sol y miré de cerca al escarabajo, a los ojos vamos.
-muy bien dicho, es negro pero tirando azul...y nos va a dar suerte.
Y seguimos los tres sin quitar ojo al escarabajo negro tirando azul hasta que mi padre se acercó comiendo pistachos, y dijo:
-¿qué le estáis haciendo al grillo?
Por suerte a estos niños se les olvida todo cuando pueden comer pistachos, pero yo seguí pensando en si habrá o no grillos azules... vamos tirando a azul, para escribir mi cuento.
13 comentarios:
tu mismo blog es azul
Un regreso esperado con un relato que enternece. Abrazos.
¿es azul?
gracias, Santi.
Un beso.
Poco a poco, Fernando.
Un abrazo.
((ellos son Noé y Xtomin, mis sobrinos pequeños -hijos de mi hermana- y mi vitaminas de alegría.
Y a mi me dan repelús los bichitos ;) ))
No hace falta que escribas un cuento, con lo que acabas de escribir ya lo has contado, y qué bonito!!! está lleno de protagonistas espontáneos y frescos. Que encanto de sobrino, y ese escarabajo que pretendía pasar por grillo... no importa que no fuera azul, tú cuento en sí ya lo ha sido.
Un beso azul.
Tu ternura viene envuelta en sonrisas.
Saludos muy cordiales.
Me parece muy real y muy cotidiano...si darme cuenta estaba yo tambien allí
En las fantasias y en los cuentos,a Dios gracias las cosas son como tú quieras y escribiendo tú Maria siempre son bellas
Un beso
éste relato... ejem, tan sólo es una anécdota que ocurrió con mis sobrinos pequeños el domingo pasado en mi finca.
Al transcribir la anécdota me reí casi más que cuando descubri que el escarabajo era un grillo, y es que no tengo ni ídea de bichitos... vamos: que fue la primera vez que me acerqué a uno.
un beso grande a todos.
En tu corazón de exquisita escritora puedes dar vida y color a cualquier personaje que te propongas, Mamen. Tu sobrino está precioso.
Besos y rosas, mi niña.
Me encanto esta entrada maria! Muy linda
Bella historia, ojala no sea imaginada, un paseo con los crios llenos de fantasias inolvidables que no son tan imaginarias como pensamos ya de mayores. Un fuerte abarzo a ti y a esos dos crios fabulosos.
Todos los colores son el color que son y tiran al que queremos nosotros. Esto es así. Es la imaginación y la capacidad de fabular de los escritores y los poetas.
Un saludo
:)Maria! Siempre que encuentres un niño habrá cerca bichitos, no sé bien quién sigue a quien,jeje, así que cuidate ...pequeña.
"Todo puede ser del color que tú quieras" Así q´ese no es pretexto para no escribir un cuento, lo esperamos!
muchas gracias por los comentarios ya que son el único sentido del blog.
besos.
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