Aunque el fin de semana se complicó –a un cuñado de mi marido le dio un infarto-, ayer encendieron una nueva luz en mi vida. Grande, llena de esperanza que me ha hecho reflexionar acerca de la palabra SUERTE.
Nunca he pensado que yo la tuviera, la vida se encargó de colgarme una enfermedad rara, grave, siendo niña. Luego el destino me enseñó a luchar, a ser fuerte, constante, pero siempre un tanto aislada. Aunque sí he dicho alguna vez: dentro de mi mala suerte tengo suerte...ayer las palabras de la cardióloga que me pasaba revisión me sonaron a chino.
“Olvídate de cardiología, tú no tienes nada del corazón”
Por los papeles del alta me enteré de que llevaban años buscando una hipertrofía, haciéndome creer... tantas cosas y nada bueno, pero los resultados de dos años seguidos hablan solos.
Quizá el gran reto de vivir es averiguar la forma de integrar el dolor y la desgracia para que la vida valga la pena, había leído alguna vez y reparé en que, posiblemente yo sea una de las personas más afortunadas del mundo. Con una enfermedad degenerativa se puede vivir.
Vivir es riesgo, un reto con punto y seguido.
Y tengo suerte, mucha suerte; porque la suerte se construye, se persigue; día a día, minuto a minuto, ahora.
Mi tratamiento, acabar mi nueva novela y disfrutar de los míos.
El mundo editorial está en crisis, pero yo no.
Quien se va enterando de que existe Las palabras del viento me pide un ejemplar, información... todavía no hay editorial, creo.
4 comentarios:
Acabo de encontrar tu blog. Te he leído un poco... y voy a seguir haciéndolo. Sólo quería decir "he estado".
Pues es verdad que eres una mujer con suerte y te la has construido tú desde luego, porque lo mejor en tí es el valor que has demostrado siempre y que sigue ahí.
Pues adelante con la novela y disfruta. Yo sigo leyendo...
Y ¿qué pasó con las fotos de Fotos de un Adios? Ayer las buscaba aquí porque tenía ganas de ver a mi heroina vestida de novia y resulta que ya no están... que ya sé que ha pasado tiempo pero es que yo he ido al reves con tus novelas :)
Montones de besos.
Ya está, ya he llegado al final. Si estuvieses cerca de daba un señor achuchón, un abrazo gorilero de los míos. Eres realmente grande.
En cuanto pueda te escribo.
Más besos.
Me ha gustado este escrito, lleno de esperanza, optimismo.¡Y si que la suerte la labra uno día a día!
Feliz día
Un saludo
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