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miércoles, 20 de junio de 2007

La discapacidad...



...está en los ojos de quien te mira.

Llevo muchos años luchando por la integración de la persona discapacitada, aportando mi pequeño grano de arena. Ese es uno de los grandes motivos por el que escribí Fotos de un Adiós, y voy a seguir luchando, con otro libro seguramente. Pero si algo me preocupa a día de hoy es la integración escolar de todos esos niños especiales, discapacitados -maravillosos y únicos-, el rechazo y humillación que pueden llegar a sentir.
Tengo un sobrino con síndrome de down, pero aunque no lo tuviera lucharía igual (pertenecía a la junta directiva de una asociación y centro especial de empleo antes de nacer él).

Os iba a decir muchas cosas, pero las imágenes hablan por si solas, y sobre todo éste magnifico vídeo.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que la mayor contribución que podemos hacer cada uno de nosotros es no hacerlos diferentes y que tengan las mismas oportunidades que cualquier componente de la sociedad. Un besito,María.

María Narro dijo...

sí, Malena, justamente eso.
un besazo.

Anónimo dijo...

Yo me pregunto quién no es discapacitado en algo. Las diferencias siempre surgen y algunas veces llaman la atención de los que se creen capacitados; unos simples ejemplos: un gordo, un flaco, una nariz, unos muslos, unos pechos, unos michelines, celulitis y un larguísimo etc. que llevan hasta el límite de la cirugía plástica ¿Por qué? Porque no entran dentro de los cánones que una sociedad determinada considera normal.

Tengo un amigo al que se le suele decir que posee dos manos izquierdas porque es torpe a la hora de trabajar con ellas, pero un cerebrito para las mates que no veas. Y así todos, tenemos capacidad para determinados trabajos, tareas, realización que no siempre son las mismas y carecemos de otras.
¿Quién no padece neurosis? ¿Quién no se enferma nunca? ¿Quién no necesita de los demás para completar? ¿Quién no padece de alguna deficiencia física o mental?¿Quién? Que tire el primer ladrillo. Aunque pensándolo bien, cuántos ladrillos tiran...

Besitos Mariíta

Calle Quimera dijo...

Excelente la intervención de Miguel... Hay mil y una discapacidades, no todos tenemos las mimas habilidades para todo, eso está claro. Hoy día la sociedad tiende a discriminar a todo el que no se ajusta al canon de perfección que se ha establecido. Quien no es joven, guapo y tiene un cuerpo Danone mejor que se esconda en una esquina para pasar lo más desapercibido posible.. No hay apenas ropa para una talla mayor de la 44, las calles no resultan de fácil acceso para los que van en sillas de ruedas, hay discotecas para mayores de 40 años, casi como guettos, porque con más de 30 ya miran raro en las discos normales a quien los sobrepasa, si tienes más de 38 ó 39 años ya eres un parado de larga duración...

Pero de verdad, ¿a qué estamos llegando? Y si además la discapacidad es más notoria, como la de esos niños que citas en el post, ¿para qué queremos más?

Hay que luchar por la igualdad para todos, María, cada cual desde el lugar que ocupa en la sociedad, o mal legado vamos a dejar a nuestros hijos.

Un besote.

María Narro dijo...

ahí, ahí, Miguel, desde ahora todos con casco porque deberían llover ladrillos.
Pero sabes qué pasa? que la gente no se cuestiona, que cuando ven a una persona demasiado gorda, demasiado bajita, demasiado down, demasiado diferente, en silla o lo que sea, la gente se retira. No es mi problema, no es mi problema que no se sienta integrada.

Mira, siempre acordábamos (cuando estaba en APRODISFIGU y en la Federación) iniciar campañas en colegios 'normales' para que los niños supieran desde pequeños que hay personas diferentes. Pero por unas cosas y otras eso nunca se llevaba acabo, como si no tuviera importancia. Y es ahí donde hay que 'atacar', porque los niños suelen venir con los mismos prejuicios que sus padres. Todo lo que tú has dicho del canón y más.
Comprobado en carne propia, y ahora en la de mi sobrino.

Besos.

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lo intento, querida Avalón, intento luchar pero me llevo demasiados palos por ir en silla, no oír bien y no ser demasiado fea, si sobre salgo en algo es como si diera miedo y me ignoran.
Un beso.

Anónimo dijo...

Este mundo está lleno de prejuicios. Estoy de acuerdo con todo lo que habéis dicho; todos somos discapacitados de una forma o de otra. Hay que hacer ver a la gente que ser diferente no es malo, ni un problema,y hacer más cosas para mejorar la calidad de vida de la gente con discapacidad, porque aún hay muchisímas cosas que mejorar.

espejodevanidad

María Narro dijo...

que mejorar y por hacer, Espejito.

Besos.