...Así, tan temprano, un comentario de esa índole me impresionó mucho. Pero no por Minerva sino por lo concerniente a mí. Menos mal que Juan y yo acabábamos de pasar nuestra primera falsa alarma, y aún así, recordando el susto que pasé esos días, que seguro se me notaba en la cara, y que mi madre se pudo dar cuenta, se me quitaron las ganas de comer más galletas.
Minerva era muy libre de embarazarse las veces que quisiera, al menos eso pensaba yo, aunque para los demás pareciese que hubiesen lanzado el primer “penalti” a la luna. Tendría veintitantos años y un trabajo, además de novio, ¿dónde estaba el chisme, el espectáculo para convertirse en la comidilla del barrio? ¿ En que tenía una pierna más corta que la otra? Me dolió reconocer la crueldad de quien habla por hablar, porque no tienen nada mejor que hacer, porque aireando las vidas ajenas dejan en la cuneta las miserias propias. Me dolió, conocer a tanto erudito en indiscreciones, y a otros que, no habiendo estudiado aún bastante, conseguirían una aplaudida cátedra en la materia...
-pag 97, Fotos de un Adiós-
2 comentarios:
Es increíble... ¿Desde cuándo tiene repercusión la longitud de una pierna en un proceso de embarazo...? A ver si es que la ciencia ha descubierto algo nuevo respecto a eso y ni tú ni yo nos hemos enterado, María, y de ahí el origen de tanto comentario... ;-)
Qué barbaridad...
Un beso, chica..
la gente es así y peor.
Un beso.
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