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martes, 3 de abril de 2007

Barreras...

Como recordara, Sr. Shakespeare, en el capítulo de Fotos de un Adiós titulado El sueño de una noche de verano, o Una ciudad accesible, explico con detenimiento, humor e ironía en que consistió mi trabajo de accesibilidad por el que me felicitaron desde el palacio de la Zarzuela, la Moncloa, o el presidente de Castilla la Mancha.
En aquel 2001 yo estaba en la junta directiva de Aprodisfigu y me tocó hacer el trabajo sola, bueno sola no: con mi marido. Y en éste 2007, escribiendo, sigo luchando sola.

¿Conseguí algo? por entonces sí, ahora las barreras estan iguales o peor. Yo protestaba más que nada por el estado de las aceras porque era un imposible salir a la calle. Protesté tan arriba que al ayuntamiento de mi ciudad se le cayó la cara de vergüenza y arregló las aceras. Y es ahora, cuando llueve y se forman charcos, que los demás se dan cuenta de que las aceras necesitan un arreglo.
Bendita lluvia.

Pero hay tantas barreras... arquitectónicas las más, y sociales 'in cresendo'. Hay una frase que no sé de quien es, pero me gusta mucho, dice así: la discapacidad está en los ojos de quien te mira.

Pero, lamentablemente porque tiene arreglo, son las barreras arquitectónicas las que convierten nuestras ciudades en carreras de obstáculos, o simplemente te discriminan: tú no eres como los demás.

A veces pienso que una imagen vale más que mil palabras, y en éste caso es así.

5 comentarios:

Juan dijo...

Hola María Narro: Bonito blog tienes, y su contenido, ameno y profundo.
Este artículo es fenomenal, ya leí algo en su día sobre las dificultades en los accesos para personas discapacitadas. Esa lucha no ha sido en balde, pues ahora, por lo menos aquí en el Sur, En El Puerto de Santa María, existen en las aceras unos accesos a cada ciertos metros.
Bueno, sólo quería dejar constancia de mi paso por tu casa; ahora estás invitada a la mía:
http://ellugardejuan.blogspot.com
Saludos.

María Narro dijo...

¡Hola Juan!
Ahora sí, ¿eh?, no eres Pepe.

Tú hablas de los rebajes de bordillo, pero eso trae otra pega añadida. Hay tanto coche y tan pocos sitios para aparcar que muchísimas veces aparcan tapando ese rebaje. Y hoy por hoy todavía no hemos conseguido que se multe a esos coches.
Un beso.
pd. claro que te visitaré pero hoy tengo un día muy complicado.

Unknown dijo...

Afortunadamente, aquí en Chile la legislación de tránsito tiene especificado eso como infracción y la multa es bastante salada (Unos 200 euros, poco menos), por lo que los habituales desconsiderados se cuidan muy bien de mantener habilitados los accesos.

Un beso Marie, y muchas gracias por tu crítica a mi relato, me siento casi como Cortazar con tus palabras.

ralero dijo...

Pues sí, María, el tema de las barreras es una realidad lamentable contra el que deberíamos alzar la voz todos. Pero me he detenido aquí, sobre todo para comentar otra cosa, a raíz de esa frase magnífica que has recreado: la discapacidad está en los ojos de quién te mira. Vivimos en una sociedad "acostumbrada" a minusvalorar y hasta despreciar todo aquello y a todos aquellos que por uno u otro motivo son diferentes. Creo que en ello el miedo juega un papel importante. El miedo y el no saber comunicarnos con aquellos que no consideramos iguales. Hace poco he conocido a una chica, y ahora somos muy buenos amigos que padece un síndrome degenerativo y está hace tiempo postrada en una silla de ruedas. Pero son impresionantes los valores que atesora, bueno, que atesora no, que prodiga a todos aquellos que se acercan a ella. ¿Minusválida? Yo pienso que no, que todo lo contrario, sólo que sus valores están enfocados de otro modo, son otros. La minusvalía también está en las mentes, sobre todo en la de los otros, de los que no valoran lo que significa poder andar o respirar sin dificultades. Y por eso, no se presta atención a esas barreras sin las cuales, éstas personas mal llamadas "discapacitadas" podrían regalarnos muchos más de esos valores que llevan dentro, porque tendrían la vida más fácil, todo lo fácil que todos merecemos.

Un abrazo.

María Narro dijo...

Enzo, me alegra saber que en Chile se multe. Un beso.

Gracias, Rafa, tú lo has dicho todo. Se nos minusvalora por no seguir el cannón que marca la sociedad. Yo tb voy en silla, tengo una enfermedad grave -pero no me siento enferma ni mucho menos minusválida- acabo de venir del gimnasio, agotada pero feliz, porque sólo de mi esfuerzo físico depende el intentar que la enfermedad progrese lentamente.
Y a veces cuando veo a gente que lo tiene todo y no aprecia nada, y encima se ahogan en un vaso de agua... me siento orgullosa de mí y de mucha más gente.
Un beso.